STUTTGART 1-3 SEVILLA FC

miércoles, 21 de octubre de 2009

Tercera victoria consecutiva del Sevilla en la máxima competición oficial a nivel de clubes en Europa, y segunda consecutiva fuera de casa lo cual trae acarreado de por sí un mérito extraordinario, pues para nada es fácil llegar a Escocia y a Alemania y hacer siete goles entre ambos sitios para suamar un seis de seis que tiene al Sevilla en lo alto de su grupo acariciando con las yemas de los dedos el liderato definitivo del grupo.

Y ayer el Sevilla tiró de pegada, el Sevilla tiró de un recital a balón parado que propició que el exraordinario central francés Squillaci metiera la testa en dos ocasiones para batir a Lehman, poniendo el cero a uno y el cero a tres.

Entre medias, una sensacional jugada de la joya argentina Perotti, propició una situación rocambolesca en la que Jesús Navas pescó en rio revuelto clavándole el rejón de muerte a los alemanes con el cero dos.

Y ahora, yo me rio de los que pregonan el jogo bonito, el tiki taka o como se llame.



El Sevilla ganó ayer matando al rival a base de mamporros (goles) en las prácticamente únicas ocasiones que tuvo frente al portal del guardamenta internacional alemán.

Hubo alguna más, pero el Sevilla dió cuando tenía que dar y éso le bastó para ganar una vez más en ésta fase de grupos, que hasta el día de hoy es para enmarcar y no olvidar jamás.

Ganamos ayer como sólo saben ganar los equipos grandes, los equipos con oficio, los equipos que se forjan y labran desde atrás hacia adelante.

Con una defensa sensacional y con un portero de Pino Montano que debutó ayer en Champions de forma extraordinaria, el Sevilla se hizo fuerte ante las tremendas acometidas del equipo alemán, que demostró que si bien no es la octava maravilla del mundo, si quedó claro que no e una bazofia de equipo como algunos querían vender antes del inicio del pleito de ayer.

Se lo jugaba casi todo a una carta y apretó. Pero apretó de lo lindo, vamos.

Pero cuando se empezaron a suceder llegadas y alguna ocasión más o menos clara, el partido cogió la pinta de lo que después ocurrió. Es decir que cuando perdonas a un equipo como el Sevilla, o a un equipo grande, éste te acaba matando a la primera ocasión que se le presente.

Y así fue, córner botado en corto sobre Adriano, centro sensacional del polivalente brasileño y cabezazo de lujo de Squillaci que dejó helado el precioso estadio alemán.



A pesar de ésto, los alemanes no cedieron ni un ápice y siguieron con sus embestidas constantes sobre el portal defendido por Javi Varas.

Pero aquello era un querer y no poder. Mucho dominio, mucha posesión, pero nula pegada.

Y ésto se acaba pagando a la larga cuando enfrente tienes al Sevilla.

Cambio amarrategui de Jiménez en el descanso. En el vestuario se quedó Luis Fabiano (absolutamente nulo ayer), y salió Duscher. Se adelantó un poco Zokora para enganchar con Kanouté. Además ya estaba también en el campo el torbellino argentino que atiende al nombre de Diego y que se apellida Perotti.

Todo ésto le dió al Sevilla más solidez en el centro del campo aunque a base de ser sinceros, jamás pareció tener el control del partido ni de ésa zona vital.

El que si tenía el control era Perotti por su banda. El argentino montó un lio por la zona izquierda y amargó la existencia a todo el que se puso por allí. En una galopada tremenda, llegó un centro envenenado que sacó Lehman como pudo, y allí estaba Navas, que se aprovechó del cante jondo del meta alemán para clavar el rejón de muerte.

Y luego vino el cero a tres merced a otro testarazo con acento galo.

Ni aún así bajaron los brazos los alemanes, que en una acometida final terrible lograron hacer un golazo de falta y acorralaron al Sevilla.



Pero todo quedó ahí. Todo quedó en un arrebato continuo de orgullo por parte de los alemanes, fuerte pero inútil. Nada hizo doblar la rodilla al coloso andaluz, que puso otra pica más en Europa. Y ya son tres de tres. Nueve de nueve y con toda europa pendiente del equipo que pasea el nombre de nuestra ciudad por toda Europa.

Ya ahora se podría seguir escribiendo sobre otras aspectos, que si se jugó bien o se jugó mal, que si el cambio de Luis Fabiano, que si el equipo estuvo muy atrás, y otros bla bla bla diversos.

Pero todo es absurdo y todo es una gran mentira. Lo mismo que jamás pondré una excusa cuando se pierde, porque tirar de excusas es convertirte en perdedor, jamás diré nada cuando el Sevilla gane. Ganar es jugar bien. Todo lo demás es mentira.

Y ayer vimos una verdad tela de grande. La victoria enorme de un equipo enorme.

¿Lo demas? lo dicho, mentira y además cochina.

2 comentarios:

Talibán Sevillista dijo...

Gran noche en Alemania
El Stuttgart jugó muy bien, pero nosotros dormimos mas contentos
Que pase el siguiente
Un abrazo

Salvador dijo...

Sin duda el Stuttgart salió extramotivado dada la entidad del equipo que tenía delante. :D