SEVILLA FC 2-0 VALENCIA FC

sábado, 15 de agosto de 2009

Pasó la primera prueba seria del verano.

También lo era para mi la Peace Cup, aunque allí se puso la excusa de que nos llegó demasiado pronto, para justificar un pobrísimo papel.

Pero ayer era el día marcado en rojo por el sevillismo, con su presidente a la cabeza, para ver una semejanza más real de lo que nos puede esperar éste año complicado y duro que se nos avecina.



Y pienso personalmente, que el examen se aprobó, más por el resultado que por las sensaciones reales que el equipo dejó en el patatal gaditano donde se está celebrando el trofeo más prestigioso de cuantos se disputan en el verano en éste país.

Enfrente teníamos una piedra de toque fuerte. Un rival que a priori es de nuestro nivel, y con el que nos volveremos a ver las caras de nuevo en quince días con puntos ya de por medio.

El partido estuvo diferenciado en dos claras mitades, la primera y la segunda.

Sigo sin entender, el porqué nuestro Sevilla, tiene una tendencia clara a regalar habitualmente las primeras mitades de los partidos. Lo de ayer fue un claro ejemplo.



Dos partes bien diferenciadas, con mínimos retoques entre el equipo de salida de la primera mitad, y el equipo de salida de la segunda. Sólo se cambiaron dos piezas.

José Carlos y Capel en la primera mitad, y Adriano y Koné en la segunda.

Resultado bien distinto. Una primera mitad de bostezo, de patadón y tentetieso, de collarines en el cuello y de desesperación del mito Kanouté, que debutaba ayer en pretemporada para ver condesesperación como el balón le llovia siempre desde la nave Enterprise, y nunca le llegaba con opciones mínimas de demostrar que sigue siendo el mejor jugador de la plantilla del tercer equipo de España.

Centrocampismo terrible, sin salida ninguna de balón por mor de una pareja de medioscentros ejemplares en destrucción pero muy limitados en creación.

Con Zokora y Duscher juntos en el césped, es imposible la conexión entre la defensa y el abanico de "jugones", que tenía ayer por delante de ambos centrocampistas.



Es un delito, que una tripleta por delante de ellos, conformada por Capel, Perotti y José Carlos, no pueda jamás engarzar una jugada lógica, de toque, de paredes o de último pase al mito malí, por mor del viejo recurso del patadón de Palop a la cabeza de Kanouté.

El resultado fue un bodrio infumable, sin casi llegada, y sin ritmo alguno. Porque ésa es otra; ¡que lento juega el Sevilla!.

La segunda mitad fue algo distinta.

Y fue algo distinta mercer a una internada prodigiosa de Adriano, tras una pared sensacional con Perotti, que significó el uno a cero.

¡Que ventaja más grande es contar en tus filas con Adriano!.

Éste futbolista, si está bien físicamente puede jugar en cuatro o cinco posiciones, rindiendo por igual en todas y cada una de ellas. Además ayer demostró que tiene llegada y que puede hacer algún que otro gol, rompiendo con su velocidad las líneas defensivas enemigas.

El problema es el físico del de Curitiba. Es el único lunar negro de un futbolista polivalente como pocos, pero inconstante en su fútbol por desgracia para nosotros.

De ahí al final, el Valencia tocó arrebato y fue a por el empate.

Ahí apareció Andrés Palop por enésima vez para cerrarle las puertas a Villa.

Sólo al final, una falta botada como hay que botarla por el desahuciado Duda permitió al muy despitado Koné, realizar un escorzo fantástico con la cabeza para batir a César por segunda vez, sin que los valencianistas tuviésen ya tiempo alguno de reacción.

Dos cero y a la final. Final gaditana en noche de barbacoas playeras en la que nos enfrentaremos al Depor de Miguel Ángel Lotina. Ése hombre de aspecto triste, y que si quitamos la temporada pasada, siempre nos amarga los pleitos que jugamos contra él.

Yo aún no saco conclusiones de nada. Porque quiero creer en el entrenador. Y si el entrenador dice que aún no está el asunto al cien por cien, pues no estará.



Las conclusiones hay que sacarlas al final de un curso que es cierto, aún ni ha comenzado.

Pero desde luego las sensaciones que se atisban para un futuro no muy lejano no son nada esperanzadoras.

Todos sabemos la eterna espada de Damocles que Jiménez tiene sobre su cabeza. Y ésa espada sólo se irá al limbo, si al menos vamos sacando partidos adelante. Ni aún así desaparecerá el debate sobre un hombre odiado por un montón de Sevillistas, que no le quieren bajo ningún concepto en el banquillo de Nervión.

Ojalá sigamos ganando, y consigamos arracar la temporada con victorias, pues ya ni nombro el buen juego. Sólo pido seguir ganando, para que al menos, ésos Sevillistas que odian a Jiménez, vean el casillero de puntos y de victorias repletito.

Si no...........