BARCELONA 4-0 SEVILLA FC

jueves, 23 de abril de 2009

Nuestro gozo en un pozo.

Derrota vergonzante de un Sevilla que ha rozado el ridículo (siendo generoso) y que ni siquiera le ha opuesto la más mínima resistencia a un Barcelona que ha hecho desde el minuto uno al noventa lo que le ha dado la real gana con un pelele vestido de blanco que tenía enfrente.

Entraba dentro de los planes de todo el mundo el perder éste partido. Por muchas ilusiones que tuviéramos, la empresa era muy complicada. Nos enfrentábamos a un equipo tremendo, a un equipo que aspira a un triplete épico y esplendoroso, y que tiene en sus filas a Xavi, Iniesta, Alves, Keita, Etoo, Henry, Messi, Márquez etc etc etc.

Ahora bien, lo que no es de recibo es que encima las cosas se le pongan en bandeja de plata.

Ni la más mínima presión, ni un sólo mordisco, ni una sóla intención de ponerle la victoria cara al Barcelona. El Sevilla ha sido un alma en pena, que ha ejado muy tocada su imagen de equipo grande ante los ojos de toda España.

Todos los futbolístas del Barcelona parecían que llevasen dos marchas más en sus piernas que los nuestros.



Si encima de tener un equipo a la altura de muy pocas mentes,corres el doble que nosotros, te repliegas como un acordeón, muerdes en el centro del campo, presionas como si te fuése la vida en ello, pues el resultado está claro que ha sido el que ha sido, y gracias.

Porque yo, me voy a ir a la cama con la sensación de que si el Barcelona pisa el acelerador a fondo, hasta el minuto 80 por ejemplo, hoy nos venimos con 7 u ocho goles pero vamos fijo.

Como el que se toma un café en la barra de un bar vamos.

Así no. Así no Sevilla. No se puede tener tan poquísimas agallas, tan poquísima convicción de al menos intentarlo. Tan poquísima garra.

Los jugadores, debe de ser conscientes que representan a una masa social muy grande.

Hay muchísima gente que lo pasa bien y mal con el escudo que llevan en su camiseta. Además cobran religiosamente, y muy bien cobrado, por jugar en un equipo donde muchos pagaríamos sin dudarlo por hacerlo. Y yo hoy, me siento muy defraudado por unos futbolistas que han rozado el esperpento como hacía años que uno que ésto escribe no recuerda.



Yo no nme voy a meter ni en alineaciones, ni en la reserva para el Domingo de Kanouté, ni en el cambio de bandas de Capel y Navas, ni en Mosquera, ni en nada de nada.

Es más, el partido de hoy, quizás fuese el perdible, o el más perdible del triunvirato que formaban Getafe, Valencia y Barcelona.

Yo sólo repudio, critico y me siento asqueado por la falta de garra, por la actitud con c, de los que representan a mi equipo del alma.

Así vamos a acabar pasándolo mal. Luego igual se le gana al Real Madrid el próximo Domingo. Ojalá. Pero aunque se gane el Domingo, aunque se consigan los objetivos, aunque sea lo que sea, lo de hoy ni es de recibo, ni se puede volver a repetir.

Espero y deseo que ésto no pase factura en un futuro. Espero y deseo que el agua al cuello en el que nos hemos metido solito con respecto a Valencia y esperemos a mañana para ver que hace el Atlético de Madrid, no acabe pasando factura de verdad en los partidos venideros, donde cada cual se juega sus objetivos, tanto por arriba como por abajo y donde desde luego hará falta otro tipo de actitud para que el caos no se apodere del club al final de temporada.

Todo ésto puede parecer un poco precipitado y apocalíptico incluso.

Pero ya el día del Getafe advertí que había que empezar a no confiarse.

Por aquel entonces sacábamos ocho puntos al Valencia.

Hoy ya les tenemos a dos y con el goal average perdido con respecto a ellos.

En el horizonte se atisba un Real Madrid que viene a mantenerse ni más ni menos que con una mínima opción de salvar su temporada, es decir no perder de vista definitivamente al Barcelona.



Y yo que empiezo a tener miedo. Siento decirlo, pero es lo que siento.

En fín, hay que resignarse por la goleada. Aunque eso sí, no me resigno a la imagen dada por mi equipo.

Más actitud y menos tonterías de árbitros y conspiraciones.

Mi única tranquilidad tiene nombre y apellidos: José María Del Nido.

De los demás de mi equipo, no me fiio de nadie.

Presidente, en tus manos encomiendo mi espíritu.

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