IDA DE OLLA

sábado, 20 de diciembre de 2008

Escribo éste post, aprimeras horas de la madrugada del Sábado, pues la verdad durante el Viernes, he tenido muy poquitas ganas y muy poquitos argumentos para escribir nada.

Ya el año pasado cuando caímos contra los turcos del Fenerbahce, me costó el dejar de escribir durante un largo tiempo de la falta de motivación y de la fustración tan tremenda que me produjo aquel mazazo que pude vivir en nuestro estadio.

Pero no voy a caer ahora en el mismo error. Para nada. Hay que dar ejemplo, hay que levantarse, arremangarse y tirar hacia adelante, como hacen los buenos y los valientes en situaciones complicadas. Lo demás es de cobardes.

Dicho ésto, titulo éste ost con tres palabras. Ida de olla.

Lo titulo así, porque me parece a mí que a gran parte de nuestra afición, de nuestros simpatizantes y de los que quieren al Sevilla Fútbol Club, se le está yendo un poco la cabeza en cuanto a las "obligaciones deportivas" de nuestro Sevilla.

Vamos a ver, venimos de un ciclo de dos años auténticamente extraordinarios, fabulosos y de una borrachera absoluta de títulos, de satisfacciones, de orgasmos deportivos que el 99,9% de los aficionados al mejor club del sur de españa y de parte del norte no estaba acostumbrado a vivir.

Cuarenta y dos años contemplan al que escribe éstas líneas, y yo tenía asimilado que me iría al otro barrio sin ver a ningún jugador del Sevilla ataviado con el brazalete de capitán de mi equipo levantar un título. era triste ése pensamiento, pero yo al menos lo pensaba, y lo peor es que estaba resignado a ello.

Pero hete aquí que de golpe y porrazo, y tras un zurdazo de oro en un Jueves de feria, me dí de bruces con una sorpresa tremenda. Mi Sevilla, mi equipo, mi vida deportivamente hablando iba a jugar una final, y de la Uefa.

Y llegó la final, y arrasamos al Middlesbrough. Y luego, tres meses después, arrasamos al Barcelona en Mónaco. Y luego en vez de un zurdazo de oro, llegó un cabezazo en Ucrania de un hombre vestido de negro y con guantes de portero. Y luego éste mismo paró tres penaltis en una lluviosa noche en Glasgow. Y luego mi afición tomó Madrid para ver un Kanoutazo de oro en las mismas barbas de los azulones de Getafe, y luego ví con mis ojos como mi equipo arrasó el Bernabeu en una calurosa tarde-noche de Agosto.

Y todo ésto, todos éstos momentos maravillosos e imposible de describir a alguien que no sienta como nosotros, nos está pasando factura. Una factura que empieza por cinco, porque cinco títulos ganados ha provocado que a muchas personas de bien se les haya ido la olla y hayan perdido la real y verdadera percepción de las cosas.

Porque perder la percepción de las cosas es por ejemplo pensar siquiera que el Sevilla puede ganar un título ya por sistema año tras año, porque sí o por el artículo treinta y tres. Porque somos más chulos que nadie, o por lo que sea.

Nadie se acuerda ya de que hemos amado e idolatrado a un club que ha vivido con mucho honor y mucho orgullo durante décadas y décadas en tierra de nadie. Un añito a la Uefa, otro el octavo, otro año iguá (os acordáis), infiernos en forma de descensos (yo he conocido tres) y tantos y tantos sinsabores imposibles de describir aquí.

Y ahora, por un fracaso en la Uefa Cup de éste año, parece que definitivamente se hunde la tierra debajo de nuestros pies. Que ésto es el acabóse. Que todo es una porquería y que el Sevilla no vale ni un pimiento.

Por favor hombre. Por favor. Estoy convencido de que con el paso de los años, y si llegan otra vez las épocas de absoluta mediocridad (ojalá que no), daremos media vida por estar tal y como estamos ahora mismo. En una situación privilegiada.Tanto económicamente como a pesar de los pesares deportivamente.

Lo de ayer, fue muy fuerte. Un batacazo descomunal. Un ridículo espantoso, y lo digo a pesar de deci todo lo que he dicho antes. Y si lo digo es porque lo pienso.

Pero sin embargo, no se nos puede ir la olla de la forma que se nos está yendo a todos, y a mí el primero.

Es injusto, tremendamente injusto exigirle a nuestra entidad lo que se le está exigiendo. Es injusto criticar absolutamente todo lo que el club y sus empleados hacen.

Se critica al consejo, se critican los medios de comunicación propios, se critican a los técnicos, a la dirección deportiva, a la plantilla, al filial, al que vende las pipas y a todo lo que se menee.

Y ésto no es así. Y si es así, yo no lo veo justo la verdad.

Ningún equipo de nuestra capacidad y digo ésto para diferenciarnos de portaaviones, ha conseguido en la historia del fútbol lo que nosotros hemos conseguido en éstos dos años pasados. Jamás nadie ha tenido ésa borrachera de satisfacciones y de títulos encadenados que nosotros, con nuestras limitaciones que son muchas, hemos vivido.

Y éso que acabo de escribir debería de ser motivo de satisfacción y no de arma arrojadiza contra nosotros mismos. Porque pensar que de aquí a la eternidad el Sevilla está obligado por cojones, o porque sí o sí, a ganar copas como el que pide cervezas en un bar, es simplemente un pensamiento de ilusos, de gente que vive en Marte y que no pisa la tierra.

Bien está que seamos exigentes. Hay que serlo pues el más exigente de todos, y el que está igual de dolido que todos nosotros es el presidente Del Nido.

Pero lo que debemos de exigir es que el Sevilla, acorde con sus presupuestos y acorde con su potencial deportivo esté al menos en la pomada de la liga, entre los seis primeros todo el año y ver a falta de cinco o seis jornadas adonde podemos llegar.

Todo el que piense más allá de eso, está equivocado.

Y ésas equivocaciones, traen como consecuencia una fractura terrible en el Sevillismo. fractura que se puede resumir entre los que llaman oficialistas y los que llaman críticos.

Y yo me considero oficialista y crítico a la vez. Y me considero de ambas posturas, porque ambas posturas son válidas y sobre todo porque los que están en una corriente o en otra son Sevillistas y todos queremos lo mismo.

Pero por favor no nos podemos ahogar en borracheras de títulos pasados. Aquello pasó para nuestra satisfacción, lo hemos podido vivir, sentir, palpar y lo más imprtante verlo con nuestros ojos.

Por éso, ahora deberíamos de mirar hacia adelante, tragarnos el mal trago de ayer, cosa que se que es muy dificil, y mirar solamente hacia adelante. Tenemos una cita dentro de 48 horas que nos puede permitir el privilegio de ser el primer equipo de la liga, porque el Barcelona ahora mismo está en otra órbita.

Y tenemos que agarrarnos a éso. Y agarrarnos a nuestro sentimiento, a nuestra bendita locura rojiblancaque tantas y tantas alegrías nos ha dado, pero que tantas y tantas penas nos ha dado.

Cojamos el término medio, miremos hacia adelante y apoyemos a muerte a los nuestros en las dos competiciones que tenemos intactas.

Apretemos los dientes y animemos sin parar a los de colorao, como decía mi admirado Bilardo.

Hay que superar éste palo, y levantarnos. Porque si nosotros nos levantamos con más fuerza todavía, el equipo se levantará obligado por nosotros.

No lo dudeis.

Y prometo analizar o expresar mis pensamientos para el futuro en las fechas navideñas. Pero hoy no es el día. Hoy sólo Mallorca y Mallorca.

0 comentarios: