Espantoso ridículo, espantoso fracaso y espantosa eliminación la que el Sevilla Fútbol Club ha sufrido hoy en la Uefa Cup tras caer derrotado en Génova ante la Sampdoria por un gol a cero tras noventa minutos tirados a la basura por parte del Sevilla.
Hemos caido eliminados tras no poder siquiera quedar terceros en un grupo de cinco.
Hacía ya muchísimos años, que a éstas alturas de temporada el Sevilla no estaba presente en Europa.
Pues ya llegó.
Y llegó ante un rival que ha destilado durante los 90 minutos una mediocridad pasmosa. Un rival que se ha dedicado a dar balonazos para arriba y para abajo, y que con ésos nulos argumentos, nos ha creado varias ocasiones de gol que han convertido a Palop en el mejor hombre de nuestro Sevilla.
Tal y como se preveía, el Stuttgart alemán ha barrido a un Standard de Lieja que no se jugaba ya nada, y éso hacía o propiciaba con el cero a cero el Sevilla estuviése constantemente al filo de la navaja o al borde del abismo.
En cualquier tontería, en cualquier falta o córner podía llegar el mazazo.
Y llegó en el 76 de partido. Con el equipo totalmente metido atrás, sin salida de balón alguna, sin tocar la pelota más de dos veces seguidas y absolutamente desbordado por una mediocridad de equipo.
En el 76 como decía antes, falta lateral, fallo en cadena y gol en semifallo ante las mismísimas narices de un Palop vendido y abandonado a su suerte.
De ahí al final sólo fuimos capaces de llegar con peligro una vez a puerta en cabalgada de Diego Capel que acabó asustándose cuando se vió tan sólo, se fue cruzando en exceso y acabó mandando la pelota al infierno. Igual que Messi, vamos.
Derrota dolorosa, indigna y cruel para una afición que no merece éste tipos de espectáculos.
Y que conste que me estoy tragando muchas cosas que no voy a poner aquí porque me arrepentiría, y mucho.
Y para colmo se lesionan Squilacci y Konkó.
Konkó estaba haciendo el mejor partido desde que llegó a Sevilla. Incluso comenzaba a desbordar y a centrar. Pues nada. Otra vez lesionado.
Será por casualidad, pero fué irse él y su banda que quedó en propiedad de Mosquera se convirtió en un coladero, en un caos, en una autopista del terror para nosotros los de rojo.
No quiero ni puedo ni debo hacer sangre.
Pero recordando la frase de Del Nido cuando el año pasado nos eliminaron los turcos en la champions y dijo que estaba un poquito mejor que muerto, yo digo que éstas líneas las está escribiendo un zombie.
Porque ahora mismo soy éso. Un zombie.
Por ése motivo y porque si sigo escribiendo acabaría calentándome de verdad, prefiero dejar el post aquí ya, y mañana quizás se analice todo ésto con más cordura al menos, porque lo que es seguro es que yo al menos mañana estaré más jodido que hoy, seguro.
Un saludo enorme a todos ésos Sevillistas que se han dejado su dinero y su tiempo en acompañar al Sevilla a Génova.
¡Que huevos tenéis hermanos!.
Hemos caido eliminados tras no poder siquiera quedar terceros en un grupo de cinco.
Hacía ya muchísimos años, que a éstas alturas de temporada el Sevilla no estaba presente en Europa.
Pues ya llegó.
Y llegó ante un rival que ha destilado durante los 90 minutos una mediocridad pasmosa. Un rival que se ha dedicado a dar balonazos para arriba y para abajo, y que con ésos nulos argumentos, nos ha creado varias ocasiones de gol que han convertido a Palop en el mejor hombre de nuestro Sevilla.
Tal y como se preveía, el Stuttgart alemán ha barrido a un Standard de Lieja que no se jugaba ya nada, y éso hacía o propiciaba con el cero a cero el Sevilla estuviése constantemente al filo de la navaja o al borde del abismo.
En cualquier tontería, en cualquier falta o córner podía llegar el mazazo.
Y llegó en el 76 de partido. Con el equipo totalmente metido atrás, sin salida de balón alguna, sin tocar la pelota más de dos veces seguidas y absolutamente desbordado por una mediocridad de equipo.
En el 76 como decía antes, falta lateral, fallo en cadena y gol en semifallo ante las mismísimas narices de un Palop vendido y abandonado a su suerte.
De ahí al final sólo fuimos capaces de llegar con peligro una vez a puerta en cabalgada de Diego Capel que acabó asustándose cuando se vió tan sólo, se fue cruzando en exceso y acabó mandando la pelota al infierno. Igual que Messi, vamos.
Derrota dolorosa, indigna y cruel para una afición que no merece éste tipos de espectáculos.
Y que conste que me estoy tragando muchas cosas que no voy a poner aquí porque me arrepentiría, y mucho.
Y para colmo se lesionan Squilacci y Konkó.
Konkó estaba haciendo el mejor partido desde que llegó a Sevilla. Incluso comenzaba a desbordar y a centrar. Pues nada. Otra vez lesionado.
Será por casualidad, pero fué irse él y su banda que quedó en propiedad de Mosquera se convirtió en un coladero, en un caos, en una autopista del terror para nosotros los de rojo.
No quiero ni puedo ni debo hacer sangre.
Pero recordando la frase de Del Nido cuando el año pasado nos eliminaron los turcos en la champions y dijo que estaba un poquito mejor que muerto, yo digo que éstas líneas las está escribiendo un zombie.
Porque ahora mismo soy éso. Un zombie.
Por ése motivo y porque si sigo escribiendo acabaría calentándome de verdad, prefiero dejar el post aquí ya, y mañana quizás se analice todo ésto con más cordura al menos, porque lo que es seguro es que yo al menos mañana estaré más jodido que hoy, seguro.
Un saludo enorme a todos ésos Sevillistas que se han dejado su dinero y su tiempo en acompañar al Sevilla a Génova.
¡Que huevos tenéis hermanos!.
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