RUIDO DE SABLES

jueves, 30 de octubre de 2008

Prácticamente éste post sirve para enlazar con el anterior.

En el anterior terminaba diciendo poco más o menos que si no se gana en Valladolid el próximo Domingo, lio habemus.

Y no porque se vaya a crear un estado de crísis alarmante sobre el seno de un equipo cuyo crimen es haber perdido el pasado Domingo en casa y ayer en Ponferrada en copa.

Y que conste que yo he sido crítico con el equipo tanto el Domingo como ayer.

Pero a lo que voy:

Uno cuando se pone a leer los portales de internet, escuha algunas tertulias y lee en prensa escrita algunas cosas, se le caen encima todos los palos del sombrajo como vulgarmente se dice.

Y no porque no tengan derecho a "denunciar" los pésimos últimos dos partidos de mi Sevilla. ¡Faltaría más!. Al que puede hay que exigirle. Al que tiene la moneda del éxito hay que exigirle que la cambie por él. Y el Sevilla tiene ésa moneda.

Además también veo oportuno que no se le pase tanto la manita por el lomo a los futbolistas. Ellos son los únicos culpables de lo que ha acontecido el Domingo y ayer y hay que exigirles responsabilidades y compromiso con la entidad que les paga.

Yo asumo las críticas bien hechas, con sentido y con cierta tendencia a construir y no a derribar. Vengan de donde vengan y las diga quien las diga.

El problema es que al menos desde el sector periodístico de nuestra ciudad, se está empezando a notar unas ganitas locas de que en el Sevilla pase algo, como por ejemplo perder en Valladolid, para sacar los sables y empezar a cargar a muerte contra todo lo que huela o rezume sevillismo.

Y es que so demasiado descarados en sus desaforadas críticas al Sevilla, críticas que convierten a la vez en desaforadas alabanzas al otro equipo de la ciudad cuán puyazo entra en la piel de un toro cuando un picador aprieta para abajo.

José María del Nido o tiene precisamente muchos admiradores a nivel de prensa.

Los periodistas llevan muchos años teniendo que darle la razón al presidente del Sevilla muy a pesar de ellos. Les ha tapado la boca una y mil veces a base de titulos y solidez a nivel de entidad y ésto no lo pueden asumir algunos personajillos camuflados tras una pantalla de ordenador y con un teclado en sus manos.

Hay facturas pendientes y hay muchos que quieren cobrarlas.

Hay mucho "Juanderamista" declarado que quieren que la guillotina planee sobre la cabeza del actual entrenador de nuestro club.

Hay mucho interesado en sembrar el desconcierto y la zozobra sobre una entidad a la que no han podido hincarle el diente en forma de crítica como ellos hubiésen querido.

Y todo ésto vuelvo a repetir se les nota a algunos de lejos.

Y la clave puede ser si por mucho que digan, por mucho que despotriquen y por mucha zozobra que intenter sembrar sobre el Sevilla, nosotros la infantería blanquiroja entramos a ése trapo o no.

Por mucha mierda que echen por la boca, si nosotros queremos será como pregonar en el desierto. Nadie les oirá, o mejor dicho nadie les echará cuenta y me imagino que terminarían aburriendose. No sé cuanto tiempo les haría falta aburrirse pero lo terminarian haciendo.

El problema puede venir si nosotros mismos les damos la carnaza necesaria y ven que sus inquinas y su odio patológico hacia nuestro club surten efecto y se vienen arriba en banderillas. La marejadilla puede ser de órdago.

Yo no me siento en crísis la verdad. Por mucho que el presidente dijese hace un mes lo que dijo, éso no se puede tomar de forma literal y convendría saber leer entre líneas para saber cual era el mensaje verdadero.

Pero como más vale prevenir que curar, hay que exigirle si o si a nuestros futbolistas que den la talla verdadera el próximo Domingo en Zorrilla.

Podremos perder, por supuesto, pero si se consumase la tercera derrota consecutiva en una semana que sea sin dejarse nada dentro, implicándose al máximo, mordiendo más que el rival y dejando el escudo del Sevilla a la altura que se merece.

A la altura del Olimpo donde para nosotros está ése bendito escudo.

Que se apliquen el cuento los jugadores y apliquemonosló nosotros mismos.

Espero y deseo que todos demos la talla. Afición y equipo.

Si no, que Dios nos coja confesados.

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