CARGADO DE ILUSIÓN

Con muchísimas ilusiones, con muchísimas ganas y con posibilidades reales de empezar a encauzar el pase a cuartos de final de la Champions League, viaja el Sevilla Fútbol Club a tierras otomanas a éstas horas de la tarde del segundo Lunes de Cuaresma.

Dicen que viaja directo al infierno. Cuentan y no paran, que se encontrará un ambiente hostil, un infierno auténtico camuflado en forma de estadio de fútbol.

Para colmo, ya hay quien se ha dedicado a poner en boca de nuestro entrenador manifestaciones que a cualquier persona con dos dedos de frente, jamás se le ocurriría comentar y menos en público en visperas de la visita a un infierno.

Se trata por lo visto de calentar la cosa un poquito más de lo que ya de por sí, está caliente por sí sola.

Espero y deseo que éstas barbaridades que han puesto en boca de nuestro entrenador, no pasen factura al desarrollo normal de lo que debe de ser única y exclusivamente un partido de fútbol.

De altísima competición, por supuesto, pero sólo un partido de fútbol.

Jimenez ya ha declarado logicamente que nada de éso ha salido de su boca, pero bien haría en recalcar ésto a la mínima que pueda y una vez que el equipo esté en Turquia, porque si no, yo no me fio de nadie ni de nada de una campo que nos va a recibir como si fuesemos cruzados que van a conquistar tierra santa.

De hecho, parece ser que el Sevilla (no motivado por ésto), va a jugar de negro, todo para evitar jugar con la blanca que lleva la cruz roja en el pecho y de ésa manera evitar problemas de índole religiosa, problemas que ya tuvo el Inter cuando vistió con la cruz lombarda en su camiseta y fue tomada como una ofensa por los turcos.

En fin esperemos acontecimientos y sobre todo que el vuelo sea tranquilo y lo más relajado posible para que los gladiadores de Nervión lleguen frescos y en perfectas condiciones para el reto que afrontarán en 48 horas en tierras otomanas.