¡Cuantas veces he visto yo la película de ayer!.... pero en contra.
¡Cuantas veces he ido de la mano de mis padres al Ramón Sánchez Pizjuán, con una banderita de aquellas antiguas, y se nos ponía enfrente un Real Madrid, Barcelona, Valencia etc, al cual le jugábamos de miedo, le dominábamos, pero nos llegaban una vez y...zas, en toda la boca!.
¡Cuantas veces, estando ya casado, he visto yo jugar fútbol italiano, Juve, Inter, y ver como eran dominados por equipos de medio pelaje, pero ...llegaba Ravanelli, una sóla vez y zas, tres puntos para Turin!.
Y yo me preguntaba, o comentaba ¡ay si el Sevilla me diese a mí ésos gustazos!.
Pues aunque parezca mentira, me los está dando.
Y he comenzado hablando de otras épocas, porque el partido de ayer, me recordó paso a paso, minuto a minuto y en la totalidad de su argumento, ésos partidos que tantísimas veces he visto, tanto sufriendolos en contra, como asistiendo de mero espectador (italia).
La cosa se resume de una manera muy sencilla: Solvencia. Muchísima solvencia en el manejo del partido, llegadas para advertir al rival de que enfrente tiene dinamita, y pegada cuando hay que pegar.
En todo el mentón, uno y a la lona.
Ya vendrán combates más bonitos, más emocionantes. Pero también hay que saber fajarse, cuando te llega un combate pantanoso, donde el rival se juega una jugosísima bolsa y donde te ve como un campeón y todos quieren ganar al campeón.
Porque no es fácil ¿verdad Villarreal?, llegar a un campo en el que su dueño se está jugando ni más ni menos que la permanencia en la primera división, y a pesar de no enamorar (éso para otros), si tener la maestria y la absoluta grandeza de traerse los tres puntos en el autobús.
Tenemos un equipo para todas las estaciones.
El equipo sabe jugar al fútbol como los ángeles. Porque demostrado está. Bien es cierto que lo ha hecho a retazos, pero calidad hay y mucha.
El equipo sabe fajarse en plan obrero contra quien sea. Demostrado está. Ayer hubo poco fútbol, hubo mucha pasión y mucha tensión. Por haber, hubo hasta quite del perdón. Porque el Recreativo nos perdonó la vida en dos ocasiones clamorosas en el primer tramo del partido.
Y cuando perdonas a un grande......, pues pasa lo que escribia al principio y que tanto hemos sufrido en contra.
Cuando perdonas a un grande, el grande te llega, el grande tiene a Kanouté con ellos, y el grande acaba marcándote por decreto, porque si, porque es un grande, y para nuestra satisfacción, nuestro equipo, nuestro club lo es.
Luego vendrán los debates de juego, de Mosquera, de Jiménez, de camisetas o de lo que quieran.
Pero yo me quedo con la lectura que estoy intentado transmitir. Uno, zás y para Sevilla con los tres puntos.
Hay que saber ganar así también. Y se ganó.
Y el cuarto, no el cuarto por la cola, sino el cuarto por arribita, ése equipo de cuartos de final de la Champions que viste de amarillo y que a todo el mundo enamora, si, ése, pues el cuarto por arribita, lo tenemos a nueve puntos.
¡Como el que no quiere la cosa!
Y con la plantilla casi al completo. Y jugando sólo de Domingo en Domingo.
Pues amigos que llegue el Tourmalet, o lo que quiera que llegue.
Me da igual. Exactamente igual. Somos hinchas de un club grande. Instalado en la élite, y con números de campeón de liga. No la vamos a ganar, pero tenemos números incluso superiores a algunos campeones de liga de no hace mucho.
Por éso, digan lo que digan, o berreen lo que quieran berrear, las sensaciones y los jugones para otros (reyes de las sensaciones y del juego) que van de ridículo en ridículo, los puntos y el baloncito de la Champions ondeando en el centro de mi bombonera para mí.
Sigamos con la guardia alta, no bajemos los brazos, porque nos queda lo mejor.
Lo intuyo.
¡Cuantas veces he ido de la mano de mis padres al Ramón Sánchez Pizjuán, con una banderita de aquellas antiguas, y se nos ponía enfrente un Real Madrid, Barcelona, Valencia etc, al cual le jugábamos de miedo, le dominábamos, pero nos llegaban una vez y...zas, en toda la boca!.
¡Cuantas veces, estando ya casado, he visto yo jugar fútbol italiano, Juve, Inter, y ver como eran dominados por equipos de medio pelaje, pero ...llegaba Ravanelli, una sóla vez y zas, tres puntos para Turin!.
Y yo me preguntaba, o comentaba ¡ay si el Sevilla me diese a mí ésos gustazos!.
Pues aunque parezca mentira, me los está dando.
Y he comenzado hablando de otras épocas, porque el partido de ayer, me recordó paso a paso, minuto a minuto y en la totalidad de su argumento, ésos partidos que tantísimas veces he visto, tanto sufriendolos en contra, como asistiendo de mero espectador (italia).
La cosa se resume de una manera muy sencilla: Solvencia. Muchísima solvencia en el manejo del partido, llegadas para advertir al rival de que enfrente tiene dinamita, y pegada cuando hay que pegar.
En todo el mentón, uno y a la lona.
Ya vendrán combates más bonitos, más emocionantes. Pero también hay que saber fajarse, cuando te llega un combate pantanoso, donde el rival se juega una jugosísima bolsa y donde te ve como un campeón y todos quieren ganar al campeón.
Porque no es fácil ¿verdad Villarreal?, llegar a un campo en el que su dueño se está jugando ni más ni menos que la permanencia en la primera división, y a pesar de no enamorar (éso para otros), si tener la maestria y la absoluta grandeza de traerse los tres puntos en el autobús.
Tenemos un equipo para todas las estaciones.
El equipo sabe jugar al fútbol como los ángeles. Porque demostrado está. Bien es cierto que lo ha hecho a retazos, pero calidad hay y mucha.
El equipo sabe fajarse en plan obrero contra quien sea. Demostrado está. Ayer hubo poco fútbol, hubo mucha pasión y mucha tensión. Por haber, hubo hasta quite del perdón. Porque el Recreativo nos perdonó la vida en dos ocasiones clamorosas en el primer tramo del partido.
Y cuando perdonas a un grande......, pues pasa lo que escribia al principio y que tanto hemos sufrido en contra.
Cuando perdonas a un grande, el grande te llega, el grande tiene a Kanouté con ellos, y el grande acaba marcándote por decreto, porque si, porque es un grande, y para nuestra satisfacción, nuestro equipo, nuestro club lo es.
Luego vendrán los debates de juego, de Mosquera, de Jiménez, de camisetas o de lo que quieran.
Pero yo me quedo con la lectura que estoy intentado transmitir. Uno, zás y para Sevilla con los tres puntos.
Hay que saber ganar así también. Y se ganó.
Y el cuarto, no el cuarto por la cola, sino el cuarto por arribita, ése equipo de cuartos de final de la Champions que viste de amarillo y que a todo el mundo enamora, si, ése, pues el cuarto por arribita, lo tenemos a nueve puntos.
¡Como el que no quiere la cosa!
Y con la plantilla casi al completo. Y jugando sólo de Domingo en Domingo.
Pues amigos que llegue el Tourmalet, o lo que quiera que llegue.
Me da igual. Exactamente igual. Somos hinchas de un club grande. Instalado en la élite, y con números de campeón de liga. No la vamos a ganar, pero tenemos números incluso superiores a algunos campeones de liga de no hace mucho.
Por éso, digan lo que digan, o berreen lo que quieran berrear, las sensaciones y los jugones para otros (reyes de las sensaciones y del juego) que van de ridículo en ridículo, los puntos y el baloncito de la Champions ondeando en el centro de mi bombonera para mí.
Sigamos con la guardia alta, no bajemos los brazos, porque nos queda lo mejor.
Lo intuyo.
2 comentarios:
A mi me da igual lo que se diga. Yo pienso disfrutar del momento, porque nunca antes habíamos tenido tantos puntos a estas alturas. Como bien dices, no siempre se puede jugar bien, pero el nivel de competitividad de este equipo es sensacional.
Y los demás, que cada uno se consuele como quiera. Están el Barcelona y el Madrid, luego nosotros, y detrás, a un abismo, todos los demás. Así que eso. Que cada uno sea feliz con lo que pueda.
Un saludo
pero de que podemos quejarnos ??? si estamos a 9 puntos de ventaja sobre el cuarto ... y nuestro sevilla suma y sigue ... disfrutemos solo del momento.
un saludo
Publicar un comentario