Hoy, ésta noche a partir de las 21,00 horas, Sevilla volverá a estar en boca de todo el orbe futbolístico nacional gracias a que el mejor club, equipo y entidad deportiva del sur de España, el Sevilla Fútbol Club jugará el primero de los dos partidos que nos pueden dar acceso ni más ni menos que a otra final.
No podemos perder la perspectiva de nuestra entidad, ni podemos perder el norte nosotros mismos.
Ésto lo tenemos que considerar como algo excepcional y no habitual. Todo lo contrario es precisamente perder el norte.
Y ésto último no quiere decir que no seamos grandes, ni que no tengamos derecho a exigir que el equipo de la talla con asiduidad. Pero el mero hecho de ser grandes, el mero hecho de hacer inversiones fuertes en jugadores y de tener un presupuesto alto no te garantiza tener todos los años el lujazo de poder disputar toda una semifinal de Copa, y si no que se lo pregunten a Real Madrid, Atlético de Madrid, Valencia o Villarreal por ejemplo.
Por éso, en vez de autoamargarnos la vida, debemos y tenemos que disfrutar y darnos con un canto en los dientes de tner la oportunidad que hoy tenemos. De vivir otra semifinal, con lo que éso conlleva.
Tampoco podemos perdernos en falsas superioridades. La eliminatoria da la impresión para muchos de que está ganada de antemano. Da la impresión de que el escollo par llegar a la finalísima era el Valencia y no el Athletic.
Erro grave éste último. Los leones, vendrán a morir matando. Y lo que más miedo me da de ellos es el carácter competitivo e inagotable de su entrenador. De su entrenador que además es Sevillista de pro, sevillista con mayúsculas que hoy intentará a pesar de su corazón, a pesar de su padre que está en los cielos amargarnos la posibilidad tan soñada hace muy poco por nosotros de estar en una final.
Pero yo creo que la eliminatoria será lo que el Sevilla quiera o pueda hacer.
A pesar de no querer entrar en falsas y baratas prepotencias, a nadie se le escapa que el Sevilla Fútbol Club, a día de hoy es superior al equipo vasco. Yo creo que bastante superior, pero dejemosló en superior.
Lo que pasa es que con ser superior sobre el papel no basta. Además hay que demostrarlo. Y hay que demostrarlo en el césped durante ciento ochenta minutos. Noventa de los cuales jugaremos en una catedral y monumento al fútbol que no dejará sólos a los suyos.
Espero y deseo que nosotros no dejemos sólos a los nuestros hoy. Nosotros debemos de llevar en brazos a nuestros jugadores. Hoy es el único día que nos debe importar a los sevillistas. Ni ayer, ni mañana ni nada de nada. Hoy, sólo hoy.
Hoy es día de entripado. De cosquilleo. Día de ir a Los Lebreros y empezar allí a ganar la eliminatoria. Día de que el autobús parezca un paso de semana santa, con muchos cangrejeros delante, sin poder avanzar. Rodeado por los que llevamos al Sevilla en el corazón.
Que los jugadores nuevos en el plantel, vean hoy que afición tienen. Hoy no hay colina, pero hay Lebreros.
Y luego debe de haber himno del centenario. Himno cantado a capela para que retumbe en el cielo de Sevilla la loa salida de la cabeza de Javier Labandón dedicado a la entidad más grande del sur de España.
Y luego el equipo contrario debe de sentir lo que ya sintieron no hace mucho Schalke 04, Osasuna y Depor.
Cuando queremos somos los mejores. Inigualables. Cuando los aficionados cogemos las riendas del equipo, somos invencibles. Ya lo saben muchos equipos que aspiraban a finalistas, y hoy lo deben de comprobar también en sus carnes los leones.
Cojamos al equipo en brazos y llevesmoló a Valencia.
No sé si ganaremos o perderemos ésta eliminatoria. Pero me gustaria que ni un sólo Sevillista de los privilegiados que hoy van a asistir a Nervión, se lleve para su casa ni un sólo gramo de voz ni de fuerza. Hay que darlo absolutamente todo en la bombonera. Todo.
Nos vemos en la casa del fútbol andaluz. Nos vemos en el teatro de los sueños. Faltan nueve horas.
A por ellos.
No podemos perder la perspectiva de nuestra entidad, ni podemos perder el norte nosotros mismos.
Ésto lo tenemos que considerar como algo excepcional y no habitual. Todo lo contrario es precisamente perder el norte.
Y ésto último no quiere decir que no seamos grandes, ni que no tengamos derecho a exigir que el equipo de la talla con asiduidad. Pero el mero hecho de ser grandes, el mero hecho de hacer inversiones fuertes en jugadores y de tener un presupuesto alto no te garantiza tener todos los años el lujazo de poder disputar toda una semifinal de Copa, y si no que se lo pregunten a Real Madrid, Atlético de Madrid, Valencia o Villarreal por ejemplo.
Por éso, en vez de autoamargarnos la vida, debemos y tenemos que disfrutar y darnos con un canto en los dientes de tner la oportunidad que hoy tenemos. De vivir otra semifinal, con lo que éso conlleva.
Tampoco podemos perdernos en falsas superioridades. La eliminatoria da la impresión para muchos de que está ganada de antemano. Da la impresión de que el escollo par llegar a la finalísima era el Valencia y no el Athletic.
Erro grave éste último. Los leones, vendrán a morir matando. Y lo que más miedo me da de ellos es el carácter competitivo e inagotable de su entrenador. De su entrenador que además es Sevillista de pro, sevillista con mayúsculas que hoy intentará a pesar de su corazón, a pesar de su padre que está en los cielos amargarnos la posibilidad tan soñada hace muy poco por nosotros de estar en una final.
Pero yo creo que la eliminatoria será lo que el Sevilla quiera o pueda hacer.
A pesar de no querer entrar en falsas y baratas prepotencias, a nadie se le escapa que el Sevilla Fútbol Club, a día de hoy es superior al equipo vasco. Yo creo que bastante superior, pero dejemosló en superior.
Lo que pasa es que con ser superior sobre el papel no basta. Además hay que demostrarlo. Y hay que demostrarlo en el césped durante ciento ochenta minutos. Noventa de los cuales jugaremos en una catedral y monumento al fútbol que no dejará sólos a los suyos.
Espero y deseo que nosotros no dejemos sólos a los nuestros hoy. Nosotros debemos de llevar en brazos a nuestros jugadores. Hoy es el único día que nos debe importar a los sevillistas. Ni ayer, ni mañana ni nada de nada. Hoy, sólo hoy.
Hoy es día de entripado. De cosquilleo. Día de ir a Los Lebreros y empezar allí a ganar la eliminatoria. Día de que el autobús parezca un paso de semana santa, con muchos cangrejeros delante, sin poder avanzar. Rodeado por los que llevamos al Sevilla en el corazón.
Que los jugadores nuevos en el plantel, vean hoy que afición tienen. Hoy no hay colina, pero hay Lebreros.
Y luego debe de haber himno del centenario. Himno cantado a capela para que retumbe en el cielo de Sevilla la loa salida de la cabeza de Javier Labandón dedicado a la entidad más grande del sur de España.
Y luego el equipo contrario debe de sentir lo que ya sintieron no hace mucho Schalke 04, Osasuna y Depor.
Cuando queremos somos los mejores. Inigualables. Cuando los aficionados cogemos las riendas del equipo, somos invencibles. Ya lo saben muchos equipos que aspiraban a finalistas, y hoy lo deben de comprobar también en sus carnes los leones.
Cojamos al equipo en brazos y llevesmoló a Valencia.
No sé si ganaremos o perderemos ésta eliminatoria. Pero me gustaria que ni un sólo Sevillista de los privilegiados que hoy van a asistir a Nervión, se lleve para su casa ni un sólo gramo de voz ni de fuerza. Hay que darlo absolutamente todo en la bombonera. Todo.
Nos vemos en la casa del fútbol andaluz. Nos vemos en el teatro de los sueños. Faltan nueve horas.
A por ellos.
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