Épico y tremendo triunfo del Sevilla Fútbol Club sobre el Valencia en un partido de auténtico infarto, porque al borde del infarto se encontraba ya todo el sevillismo cuando en el minuto 89 y pico y tras una melé en el área pequeña después del lanzamiento de un córner, Totó Squilacci colaba el balón en las redes levantinas para llevar al Sevilla Fútbol Club de Manolo Jiménez a las semifinales de la Copa del Rey.
No ha habido un juego excelso, cero exquisiteces, pero si mucha bragueta. Muchos cojones vamos.
Porque la cosa se puso realmente fea al inicio mismo del partido. Ocho minutos en el marcador y bofetada sin manos del Valencia al Sevilla con un gol de Carlos Marchena que dejó helado Nervión.
De ahí, hasta el gol de Kanouté, un auténtico paraiso para el Valencia. Y no por sus virtudes, sino más bien por los defectos del Sevilla. El Sevilla carecía de empuje, de garra, de creación, de absolutamente todo lo esencial para intentar doblegar la adversidad del enésimo regalito defensivo al Valencia, que además se convertía en el tercer gol en contra a balón parado desde el Domingo hasta hoy.
Pero a pesar de los pesares, en un saque de falta de Romaric, apareció la enorme figura de Kanouté, que tras cabecear abajo, el balón supera a César y tras rebotar en el larguero, entra en la porteria.
Ahí cambió el partido. Como si se le da la vuelta a un calcetín.
El Sevilla saca garra, y en unos arreones de fe tremendos, arrincona al Valencia que llega asfixiado al descanso.
La segunda parte ha sido un acoso y derribo constante sobre la portería de César.
Cierto y verdad que no ha habido ocasiones en cantidad, pero también es cierto que las sensaciones que arrojaba el partido eran de que el Sevilla iba a conseguir el gol del pase a semifinales.
Pero se resistía.
A pesar de que hoy Jesús Navas sin estar al cien por cien y recién salido de una lesión, ha demostrado ser el mejor futbolista del Sevilla en ésta temporada. A pesar del partidazo que se ha marcado el otro puñal, Diego Capel, a pesar de las ocntinuas y brillantes incursiones de ambos por los costados levantinos, no llegaba el gol.
Pero el final nos tenía reservado un final de traca.
Minuto 89, córner que bota Renato y tras un pequeño lio, aparece la bota de Squilacci y se la cuela a César.
Éxtasis de los gordos en Nervión. La casa de una afición que hoy ha demostrado el porqué la llamamos la mejor del mundo. Los que hoy han tenido la suerte de estar ahí, han reventado y acorralado también al Valencia.
A pesar de la hora, a pesar de no estar a tope, a pesar de tantas cosas, hoy la afición ha rayado a una altura inalcanzable para cualquiera.
Tremendo.
Me da igual el juego del equipo hoy. También me da igual que si fulanito ha jugado mejor o que si zetanito ha jugado peor. Hoy no es día de éso. Hoy es día de empezar a ver una realidad muy bonita. La realidad de que estamos a 180 minutos de volver a discutir por entradas, por desplazamientos mal organizados por el club, por la invasión del Levante español por parte de la mejor afición del mundo.
Se que faltan 180 minutos. Sé que a pesar de ser superiores al Bilbao no va a ser nada fácil. Nos va a costar sangre, sudor y lágrimas. Pero sé también que somos superiores. Somos mejores que ellos y hay que demostrarlo. Lo siento Caparrós, lo siento D.Joaquín, pero vamos a tener que quitarte el sueño de la final por segunda vez en tres años. Ya te la quitamos con el Dépor hace dos y ahora lo vamos a intentar de nuevo.
Igual todo ésto suena a precipitación por mi parte.
Me da igual. Porque mi ilusión, y mis deseos de ver al Sevilla en una final puede con todo. Yo creo que lo vamos a conseguir.Lo digo en serio.
Las peores noticias vienen de nuevo de la enfermería. De ñesa maldita enfermería que no nos deja en paz. Ahora le ha tocado el turno a Luís Fabiano.
Al parecer tiene un esguince de rodilla. Unos hablan de tres semanas, otros de un mes.
Tenemos sólo a Kanouté. Cheva está regular, y éste tema de los delanteros a mí me produce muchísima preocupación. Porque ya nos vimos sin ninguno en Almería por ejemplo, y la cosa está a puntito de repetirse.
Ojalá no. Ojalá vuelva a tope al menos Cheva, y salga ya de una vez Acosta.
Pero bueno, de momento a gozar con un Sevilla en semifinales de Copa y tercero en la liga.
La pregunta es:
¿Se habrá quitado ya Jiménez la cruz de encima de las pérdidas de eliminatorias a doble partido cara a todo el personal?.
Porque me parece que hoy estaba Jiménez en el banquillo ¿no?.
No ha habido un juego excelso, cero exquisiteces, pero si mucha bragueta. Muchos cojones vamos.
Porque la cosa se puso realmente fea al inicio mismo del partido. Ocho minutos en el marcador y bofetada sin manos del Valencia al Sevilla con un gol de Carlos Marchena que dejó helado Nervión.
De ahí, hasta el gol de Kanouté, un auténtico paraiso para el Valencia. Y no por sus virtudes, sino más bien por los defectos del Sevilla. El Sevilla carecía de empuje, de garra, de creación, de absolutamente todo lo esencial para intentar doblegar la adversidad del enésimo regalito defensivo al Valencia, que además se convertía en el tercer gol en contra a balón parado desde el Domingo hasta hoy.
Pero a pesar de los pesares, en un saque de falta de Romaric, apareció la enorme figura de Kanouté, que tras cabecear abajo, el balón supera a César y tras rebotar en el larguero, entra en la porteria.
Ahí cambió el partido. Como si se le da la vuelta a un calcetín.
El Sevilla saca garra, y en unos arreones de fe tremendos, arrincona al Valencia que llega asfixiado al descanso.
La segunda parte ha sido un acoso y derribo constante sobre la portería de César.
Cierto y verdad que no ha habido ocasiones en cantidad, pero también es cierto que las sensaciones que arrojaba el partido eran de que el Sevilla iba a conseguir el gol del pase a semifinales.
Pero se resistía.
A pesar de que hoy Jesús Navas sin estar al cien por cien y recién salido de una lesión, ha demostrado ser el mejor futbolista del Sevilla en ésta temporada. A pesar del partidazo que se ha marcado el otro puñal, Diego Capel, a pesar de las ocntinuas y brillantes incursiones de ambos por los costados levantinos, no llegaba el gol.
Pero el final nos tenía reservado un final de traca.
Minuto 89, córner que bota Renato y tras un pequeño lio, aparece la bota de Squilacci y se la cuela a César.
Éxtasis de los gordos en Nervión. La casa de una afición que hoy ha demostrado el porqué la llamamos la mejor del mundo. Los que hoy han tenido la suerte de estar ahí, han reventado y acorralado también al Valencia.
A pesar de la hora, a pesar de no estar a tope, a pesar de tantas cosas, hoy la afición ha rayado a una altura inalcanzable para cualquiera.
Tremendo.
Me da igual el juego del equipo hoy. También me da igual que si fulanito ha jugado mejor o que si zetanito ha jugado peor. Hoy no es día de éso. Hoy es día de empezar a ver una realidad muy bonita. La realidad de que estamos a 180 minutos de volver a discutir por entradas, por desplazamientos mal organizados por el club, por la invasión del Levante español por parte de la mejor afición del mundo.
Se que faltan 180 minutos. Sé que a pesar de ser superiores al Bilbao no va a ser nada fácil. Nos va a costar sangre, sudor y lágrimas. Pero sé también que somos superiores. Somos mejores que ellos y hay que demostrarlo. Lo siento Caparrós, lo siento D.Joaquín, pero vamos a tener que quitarte el sueño de la final por segunda vez en tres años. Ya te la quitamos con el Dépor hace dos y ahora lo vamos a intentar de nuevo.
Igual todo ésto suena a precipitación por mi parte.
Me da igual. Porque mi ilusión, y mis deseos de ver al Sevilla en una final puede con todo. Yo creo que lo vamos a conseguir.Lo digo en serio.
Las peores noticias vienen de nuevo de la enfermería. De ñesa maldita enfermería que no nos deja en paz. Ahora le ha tocado el turno a Luís Fabiano.
Al parecer tiene un esguince de rodilla. Unos hablan de tres semanas, otros de un mes.
Tenemos sólo a Kanouté. Cheva está regular, y éste tema de los delanteros a mí me produce muchísima preocupación. Porque ya nos vimos sin ninguno en Almería por ejemplo, y la cosa está a puntito de repetirse.
Ojalá no. Ojalá vuelva a tope al menos Cheva, y salga ya de una vez Acosta.
Pero bueno, de momento a gozar con un Sevilla en semifinales de Copa y tercero en la liga.
La pregunta es:
¿Se habrá quitado ya Jiménez la cruz de encima de las pérdidas de eliminatorias a doble partido cara a todo el personal?.
Porque me parece que hoy estaba Jiménez en el banquillo ¿no?.
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