SEVILLA FC 1-1 CLUB AT. OSASUNA

domingo, 4 de enero de 2009

Tarde nefasta la del regreso de las vacaciones la que se ha podido vivir hoy en el Ramón Sánchez Pizjuán.

Reclamaba yo en el post pre partido, los tres puntos. No iba a exigir siquiera un juego atractivo, porque intuía que el partido no se iba a prestar a ellos. Me daba la impresión de que íbamos a ver poquitas exquisiteces, y sí mucho barullo y músculo.

Pero al menos hoy eran exigibles los tres puntos.

Pues he acertado en todo menos en lo de los tres puntos. Porque al final, un Sevilla plano, preocupantemente plano y absurdo, no ha sido capaz de ganar a Osasuna, un equipo de auténtico chiste y que sin embargo y para estupor de los presentes en el Ramón Sánchez Pizjuán, ha sido mejor equipo que nosotros en el primer tiempo, y también en el último tramo de partido.





Y es que hoy he visto uno de los Sevillas más apáticos e inoperante, que uno recuerda ya desde un tiempo hacia acá.

Ninguna ocasión clara de gol, nulo control del centro del campo, y para colmo hoy, una inseguridad terrible detrás, donde tanto Fernando Navarro jugando por la derecha como Drago por la izquierda no han estado a la altura de las circunstancias, sobre todo Dragutinovic que hoy ha realizado un penoso partido en el lateral zurdo del Sevilla.

Y lo peor es que se ha desaprovechado una ocasión de oro, para dar un estironcito en la tabla clasificatoria. Al menos con Villarreal y con Atlético de Madrid. Pues nada. No ha podido ser.

Y es que, cuando se juega de una manera tan pésima, y tienes la inmensa fortuna de adelantarte en el marcador en una jugada aislada merced a un tiro desde fuera del área de Jesús Navas, sólo éste último hecho es una señal divina de que deberíamos de ganar.

Porque de milagro se puede considerar que el gran Jesús Navas, empalme una pelota desde fuera del área y ésta no termine en el Corte Inglés. No es ésto el fuerte de Jesús, y sin embargo hoy la coló en la puerta contraria, al principio de la segunda mitad.




Ahí me dí con un canto en los dientes, pues confieso que creía que habíamos ganado. Entre otras cosas porque pensé que tendríamos definitivamente el balón, y que nos haríamos con el mando del balón, un mando que ya llevamos tres partidos consecutivos sin olerlo, y me refiero a Génova, Mallorca y hoy, ante tres medianías a las que no hemos podido superar ni en juego, ni en goles ni en marcador.

Preocupante. Muy preocupante el asunto. No podemos dejar escapar en el descuento dos puntos de auténtico oro, cuando se había jugado tan rematadamente mal.

Y lo peor es que no se han fallado goles. Entre otras cosas, porque no ha habido ocasiones. Nulo. Cero patatero. Ni ocasiones, ni control, ni nada de nada, ante una tropa pamplonica que huele que apesta a segunda división.





Lo de hoy pasado está. Berrinche tremendo, por no decir una palabra que empieza por uve, y termina por a. Lo peor, puede estar por venir.

Hoy, al final ha habido una pitada tremenda al equipo. Y ojo con recriminarle algo a la afición. Se ha pitado de verdad sólo al final. Y digo que lo peor puede estar por venir porque yo ahora mismo no sé si es bueno o malo que el Miércoles, tan pronto haya un partido de ida de Copa frente al Deportivo de la Coruña.

Ojito a como se tuerza éste partido. Ojito porque la gente, hoy me he dado cuenta, tiene ya muy poquitos pases. Y puede empitonar ya al que se ponga por delante.

Aunque sea contraproducente. Pero si el Miércoles no se gana, o no se convence o pasa lo que no quiero ni nombrar, podemos tener entre manos unos días posteriores moviditos.

Yo no iré con ganas de guerra. Iré a animar. Pero éso no quita para que yo vea la realidad del como está ahora mismo la afición.

Lo de hoy ha caido mal. Muy muy mal. Y para el Miércoles, o nos ponemos las pilas (y me estoy refiriendo a los jugadores y cuerpo técnico)o habrá marejadilla.

Dentro de todo , paciencia, contemos hasta diez y a pensar en el Miércoles. A hacer de tripas corazón y a tirar de manual de Sevillista.

Al menos mientras el balón ruede. Porque antes y después, la afición es soberana, y la soberanía está empezando a dictar sentencia.

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