¡Que trabajito ha costado, pero que enorme satisfacción produce ver al Sevilla Fútbol Club de nuestros amores con 38 puntazos arriba, muiy arriba de la clasificación general, sólo superado por un equipo que hasta hoy no es de éste planeta y que se llama Fc Barcelona, que hoy ha arrollado al Depor metiéndole cinco goles como el que se fuma un puro.
Pero nosotros a lo nuestro.
Y lo nuestro de hoy ha sido agónico. Ochenta y dos minutos le ha costado a la tropa de Manolo Jiménez conseguir que el Numancia de Soria hincara la rodilla en la casa del fútbol en Andalucia.
Hoy no ha habido lugar para florituras ni exquisiteces. Haberlas las ha habido, porque en nuestro equipo hay jugadores de muchísima calidad, pero desde luego no ha habido ni continuidad en el juego ni llegadas masivas como por ejemplo en éstos partidos de la trilogia deportivista.
El Numancia con un planteamiento en la primera mitad muy agresivo en cuanto a presión, consiguió taponar toda posibilidad de salida de balón del Sevilla. Tanto por banda como por el centro, donde siempre encontraban los sorianos ventaja numérica.
Para colmo, en la primera parte y a pesar de que nosotros tuvimos alguna ocasión, sobre too una clamorosa que no acertó a clavarla el gurú Kanouté, el Numancia se puso de gol dos o tres veces. Sacó varios corners y faltas en un carrusel consecutivo que hizo dudar al Sevilla de la conveniencia de tirarse a tumba abierta o de esperar a que el cansancio propio de una presión tan desmesurada causara efecto con el paso de los minutos.
Por çeso, se llegó al descanso con igualdad en el marcador. Un rácano cero a cero campeaba en el marcador al final de los primeros cuarentaicinco minutos, cuando Manolo Jimenez decidió que había que quitar músculo para dar un poquito de creatividad al partido.
Y sacó a Romaric por Duscher. Y la cosa cambió. Sobre todo porque el africano tiene una pierna izquierda que es un rifle de precisión en cuanto al pase se refiere. Lo mismo que tiene muy poca sangre, hay que reconocrele la calidad que atesora.
Romaric le ha dado más sentido a todo. Ha ayudado a Renato en la creación, y sobre todo ha evitado el continuo pelotazo directo de defensa a ataque. Ha logrado que haya más conexión entre las lineas. Todo ésto sumado a una expulsión del lateral izquierdo del Numancia, ante su impotencia por frenar a Navas hizo que el Numancia renunciara al ataque por completo y se cobijase en su area para conseguir al menos un punto.
La segunda mitad ha sido un acoso y derribo. Con pocas ocasiones, de acuerdo, pero la posesión ha sido nuestra y las ocasiones también.
Recuerdo una chilena de fábula de Luis Fabiano por ejemplo que se fue por milímetros al limbo. Un cabezazo del mismo a pase de Capel que se fua alto. Una de Chevantón clarísima tras pared con O Fabuloso.
Pero el gol no llegaba, y el fantasma de Osasuna planeaba sobre el estadio. O al menos sobre mi cabeza.
Pero en el minuto 82, el balón tras un centro de Navas, como está este futbolista madre mia, le cayó en los pies ni más ni menos que a Renato, en el punto de penalti. Y el hombre se puso muy nervioso. Por los cojones.
Toque sutil, pegadito al palo derecho del portero, sutil pero imparable e inalcanzable para el portero soriano.
Gol y muy poco tiempo por delante. Aunque en ése poco tiempo ha habido hasta tiempo de anularle un gol a Aquivaldo Mosquera, que hoy ha dado un ejemplo de profesionalidad grande. Posiblemente haya jugado uno de sus mejores partidos como sevillista. De él partió la idea de ofrecerse al entrenador para jugar si hiciése falta, y éso hay que reconocérselo al bueno de Aquivaldo.
No es momento de debates sobre su validez como jugador del Sevilla o no. Yo tengo mi opinión pero me la reservo hoy. Si es momento de agradecerle a éste hombre la profesionalidad y honradez que ha tenido con sus compañeros y con su club cuando la cosa invitaba a esconderse y hacer mutis por el foro, vamos mirar para otro lado.
Al final tres puntos de auténtico oro blanco.
Ahora mismo estamos segundos. Desde la instauración de los tres puntos por partido, ésta es la mejor primera vuelta del Sevilla, junto con la del segundo año del traidor.
Media inglesa justa, y progresión de 76 puntos al final de liga. Y éstos son muchos puntos. Una barbaridad de puntos.
Y lo bueno es que yo le sigo viendo al Sevilla margen de mejora. Sinceramente creo que éste equipo va a dar más de si.
Pero éso vendrá a partir del Sábado. Ahora, toca ya pensar en Mestalla y empezar a soñar con otro título si conseguimos doblegar a los levantinos.
Será el Miércoles, pero yo ya lo tengo entre ceja y ceja.
Pero nosotros a lo nuestro.
Y lo nuestro de hoy ha sido agónico. Ochenta y dos minutos le ha costado a la tropa de Manolo Jiménez conseguir que el Numancia de Soria hincara la rodilla en la casa del fútbol en Andalucia.
Hoy no ha habido lugar para florituras ni exquisiteces. Haberlas las ha habido, porque en nuestro equipo hay jugadores de muchísima calidad, pero desde luego no ha habido ni continuidad en el juego ni llegadas masivas como por ejemplo en éstos partidos de la trilogia deportivista.
El Numancia con un planteamiento en la primera mitad muy agresivo en cuanto a presión, consiguió taponar toda posibilidad de salida de balón del Sevilla. Tanto por banda como por el centro, donde siempre encontraban los sorianos ventaja numérica.
Para colmo, en la primera parte y a pesar de que nosotros tuvimos alguna ocasión, sobre too una clamorosa que no acertó a clavarla el gurú Kanouté, el Numancia se puso de gol dos o tres veces. Sacó varios corners y faltas en un carrusel consecutivo que hizo dudar al Sevilla de la conveniencia de tirarse a tumba abierta o de esperar a que el cansancio propio de una presión tan desmesurada causara efecto con el paso de los minutos.
Por çeso, se llegó al descanso con igualdad en el marcador. Un rácano cero a cero campeaba en el marcador al final de los primeros cuarentaicinco minutos, cuando Manolo Jimenez decidió que había que quitar músculo para dar un poquito de creatividad al partido.
Y sacó a Romaric por Duscher. Y la cosa cambió. Sobre todo porque el africano tiene una pierna izquierda que es un rifle de precisión en cuanto al pase se refiere. Lo mismo que tiene muy poca sangre, hay que reconocrele la calidad que atesora.
Romaric le ha dado más sentido a todo. Ha ayudado a Renato en la creación, y sobre todo ha evitado el continuo pelotazo directo de defensa a ataque. Ha logrado que haya más conexión entre las lineas. Todo ésto sumado a una expulsión del lateral izquierdo del Numancia, ante su impotencia por frenar a Navas hizo que el Numancia renunciara al ataque por completo y se cobijase en su area para conseguir al menos un punto.
La segunda mitad ha sido un acoso y derribo. Con pocas ocasiones, de acuerdo, pero la posesión ha sido nuestra y las ocasiones también.
Recuerdo una chilena de fábula de Luis Fabiano por ejemplo que se fue por milímetros al limbo. Un cabezazo del mismo a pase de Capel que se fua alto. Una de Chevantón clarísima tras pared con O Fabuloso.
Pero el gol no llegaba, y el fantasma de Osasuna planeaba sobre el estadio. O al menos sobre mi cabeza.
Pero en el minuto 82, el balón tras un centro de Navas, como está este futbolista madre mia, le cayó en los pies ni más ni menos que a Renato, en el punto de penalti. Y el hombre se puso muy nervioso. Por los cojones.
Toque sutil, pegadito al palo derecho del portero, sutil pero imparable e inalcanzable para el portero soriano.
Gol y muy poco tiempo por delante. Aunque en ése poco tiempo ha habido hasta tiempo de anularle un gol a Aquivaldo Mosquera, que hoy ha dado un ejemplo de profesionalidad grande. Posiblemente haya jugado uno de sus mejores partidos como sevillista. De él partió la idea de ofrecerse al entrenador para jugar si hiciése falta, y éso hay que reconocérselo al bueno de Aquivaldo.
No es momento de debates sobre su validez como jugador del Sevilla o no. Yo tengo mi opinión pero me la reservo hoy. Si es momento de agradecerle a éste hombre la profesionalidad y honradez que ha tenido con sus compañeros y con su club cuando la cosa invitaba a esconderse y hacer mutis por el foro, vamos mirar para otro lado.
Al final tres puntos de auténtico oro blanco.
Ahora mismo estamos segundos. Desde la instauración de los tres puntos por partido, ésta es la mejor primera vuelta del Sevilla, junto con la del segundo año del traidor.
Media inglesa justa, y progresión de 76 puntos al final de liga. Y éstos son muchos puntos. Una barbaridad de puntos.
Y lo bueno es que yo le sigo viendo al Sevilla margen de mejora. Sinceramente creo que éste equipo va a dar más de si.
Pero éso vendrá a partir del Sábado. Ahora, toca ya pensar en Mestalla y empezar a soñar con otro título si conseguimos doblegar a los levantinos.
Será el Miércoles, pero yo ya lo tengo entre ceja y ceja.
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