PRIMERA VUELTA DE LIBRO

domingo, 18 de enero de 2009

A pesar de los pesares, a pesar de que hoy leyendo uno la prensa deportiva dé la sensación de que el Sevilla Fútbol Club sea un equipo mediocre, los números cantan, y yo no soy de los que piensan que los números son frios.

Los números no son ni fríos ni calientes. Los números son los que son. Y éstos son sencillamente magistrales.

Treinta y ocho puntos adornan el casillero del Sevilla Fútbol Club que le da de sobra para mantenerse a mitad del campeonato en el objetivo marcado. De forma provisional por supuesto, porque queda un mundo aún por delante, pero desde luego no se puede achacar absolutamente nada a un equipo que ha realizado una primera parte de campeonato sencillamente magistral.

Lo que pasa, es que éso al parecer no vende.

Lo que vende es intentar meter un poquito de zozobra en el casco de un barco que avanza imparable hacia el objetivo.

¿Y como se mete, o mejor dicho se intenta meter zozobra?, pues recalcando una y mil veces la "escasez" de brillantez que adorna el juego del Sevilla.

Yo me rio muchas veces de todo ésto.

A mi me da la impresión de que mucha gente, entre los que incluyo a muchos sevillistas, piensan que en el vestuario hay dos botones conectados a los jugadores y que las cosas son tan fáciles como darle al botón de jugar bien y atacar o el darle al de jugar mal y defender, y plas todo hecho. Así de simple.

Y las cosas no son así de simple.

Las cosas son bastante más complicadas. Porque al parecer nadie cuenta que hoy en día y si exceptuamos la visita del Barcelona, todos los equipos vienen al Ramón Sánchez Pizjuán dando un punto por bueno.

Empatar aquí en nuestro estadio es a día de hoy para la mayoría de los equipos que nos visitan un auténtico triunfo. Y ésos equipos vienen ya con la lección demasiado bien aprendida. Nos lo ponen muy complicado y no es fácil desatascar un equipo metido atrás al completo como pasó ayer al Numancia, sobre todo en la segunda parte.

Yo si pienso que nuestro centro del campo, no es un dechado de rapidez e improvisación. De acuerdo. Pero también entiendo que cuando un equipo hace una apuesta rácana y conservadora como hizo ayer el Numancia, las cosas no son tan fáciles como puedan parecer sentados en una grada o en una redacción deportiva donde las mayorías de las crónicas están ya hechas a falta de matices.

El fútbol son resultados. Números. Y lo demás todo son tonterías.

Conozco yo un equipo que dicen por ahí que da unas sensaciones magníficas y que está metido en un lodazal de padre y muy señor mio.

Y yo no quiero éso. Yo quiero mirar la clasificación y ver que tan sólo un equipo que no es de éste planeta nos supera con unos números desconocidos hasta ahora para todo el mundo. El Barcelona está en progresión de cien puntos y de 118 goles. Vamos casi nada al aparato.

Pues si quitamos a éstos extraterrestres, absolutamente todo el fútbol español se cambiaba por el Sevilla, o por la situaciópn liguera del Sevilla mejor dicho.

Y éso es muy grande.

¿Que se podría jugar mejor?, por supuesto. Pero el caso es que el Sevilla también ha realizado grandes partidos.

Se me vienen a la cabeza partidos como la trilogía ante el Depor, el Bilbao, el Villareal, el partidazo del Bernabeu y alguno más que se me olvida porque escribo de memoria.

Pero casi nadie cuenta con que enfrente tenemos unrival. Un rival cuya misión primordial siempre es impedir que el Sevilla pueda desarrollar el talento que demostrado está que tiene. Nadie cuenta con ello, pero si está ahí el hecho.

Pero bueno, no hay otra. Habrá que pasar de comentarios absurdos y malintencionados y centrarse sólo y exclusivamente en el lío. Y el lío lo tenemos muy bien cogido por los cuernos.

Segundos, treinta y ocho puntos. Objetivo particlar y momentáneo conseguido.

Las sensaciones para otros, para nosotros los puntos.

Y si no que pregunten a los de las sensaciones si se cambiaban pelo a pelo por nuestra situación.

¡Ya quisieran ellos! ¡Verdad?.

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