Empate del filial en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros frente al Eibar en un partido tremendamente igualado y que al final no ha servido para que el filial sume los tres puntos que son tan necesarios para siquiera albergar alguna mínima y remota posibilidad de intentar al menos salir de la quema en la que se encuentra metido.
Primeros minutos absolutamente soporíferos en los que ambos equipos se mostraron con muchísimo respeto y con un pánico atroz a que cualquier desaplicación defensiva le condenara al fracaso en el día de hoy.
Mucha posesión en el centro del campo y muy poquita profundidad, aunque de inicio sorprendió un poquito tan sólo el equipo vasco, ya que con la fama tradicional de colgarse del larguero que arrastra el equipo armero, era de esperar un dominio constante del filial, cosa que no se produjo.
De hecho la ocasión más clara de la primera mitad la tuvo el Eibar a la contra el visitante Cases tras un fallo tremendo de Hugo que estuvo a punto de rozar la tragedia deportiva.
Sin embargo en la segunda mitad y tras la salida de José Carlos (jugador del C), el Sevilla Atlético lo intentó con más ahínco, espoleado como digo por la tremenda calidad que atesora éste futbolista onubense, con una zurda primorosa y que tiene una habilidad con el balón en los pies de escándalo.
Hubo más acercamientos del filial en ésta segunda mitad, aunque de todas formas y siendo claritos las ocasiones claras han brillado por su ausencia y al final como no podía ser de otra forma sólo se ha podido sumar un punto que sirve para cortar la sangría de derrotas que el filial llevaba como una cruz encima, aunque sirve de muy poco, pues la terrorífica estadística que atesora últimamente el filial es el haber sumado dos puntos de los últimos treinta y tres posibles si incluimos los de hoy.
Es decir de los últimos once partidos, nueve derrotas y dos empates.
Por lo tanto y a pesar de haber sumado un punto, nuevo paso atrás del filial en su desesperada y casi inútil lucha por intentar mantenerse en la división de plata.
Pero al menos, se ha competido con dignidad y se ha dejado un poquitín más alto el pabellón.
A ver si con el parón que comienza hoy para el filial, se renuevan los bríos y llegan las victorias para que la cosa pinte de otro color.
Nos espera después de las uvas el Tenerife de Alejandro Alfaro.
Primeros minutos absolutamente soporíferos en los que ambos equipos se mostraron con muchísimo respeto y con un pánico atroz a que cualquier desaplicación defensiva le condenara al fracaso en el día de hoy.
Mucha posesión en el centro del campo y muy poquita profundidad, aunque de inicio sorprendió un poquito tan sólo el equipo vasco, ya que con la fama tradicional de colgarse del larguero que arrastra el equipo armero, era de esperar un dominio constante del filial, cosa que no se produjo.
De hecho la ocasión más clara de la primera mitad la tuvo el Eibar a la contra el visitante Cases tras un fallo tremendo de Hugo que estuvo a punto de rozar la tragedia deportiva.
Sin embargo en la segunda mitad y tras la salida de José Carlos (jugador del C), el Sevilla Atlético lo intentó con más ahínco, espoleado como digo por la tremenda calidad que atesora éste futbolista onubense, con una zurda primorosa y que tiene una habilidad con el balón en los pies de escándalo.
Hubo más acercamientos del filial en ésta segunda mitad, aunque de todas formas y siendo claritos las ocasiones claras han brillado por su ausencia y al final como no podía ser de otra forma sólo se ha podido sumar un punto que sirve para cortar la sangría de derrotas que el filial llevaba como una cruz encima, aunque sirve de muy poco, pues la terrorífica estadística que atesora últimamente el filial es el haber sumado dos puntos de los últimos treinta y tres posibles si incluimos los de hoy.
Es decir de los últimos once partidos, nueve derrotas y dos empates.
Por lo tanto y a pesar de haber sumado un punto, nuevo paso atrás del filial en su desesperada y casi inútil lucha por intentar mantenerse en la división de plata.
Pero al menos, se ha competido con dignidad y se ha dejado un poquitín más alto el pabellón.
A ver si con el parón que comienza hoy para el filial, se renuevan los bríos y llegan las victorias para que la cosa pinte de otro color.
Nos espera después de las uvas el Tenerife de Alejandro Alfaro.
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