Partido importante el que tiene el Sevilla Fútbol Club, en tierras belgas frente a un joven y sorprendente Standard de Lieja.
Importante lo digo por decir algo pues se podría considerar importantísimo o crucial para el devenir inmediato del club de nuestra alma.
Tiene el partido de hoy más importancia a nivel de entorno, de presión y de todas éstas cosas que tan poco me gustan, que a nivel deportivo.
Si llegásemos a Lieja tras haber ganado al Málaga, a la Ponferradina y haber perdido en Valladolid (por poner un ejemplo), el partido sería uno más del bicampeón de la Uefa en su caminar hacia Estambul.
Pero los acontecimientos previos a éste partido con tres derrotas consecutivos, hacen del partido una bomba de relojería que le puede estallar al menos pensado en las manos.
Hasta nuestro mismo entrenador y acompañando el discurso de ayer del presidente no puede escapar a una realidad que por muy cruda que parezca, es real como su propia palabra dice.
Lo deja claro el mister.
No hace falta leer la letra pequeña para darse cuenta que en el seno de la plantilla empieza a haber zozobra por lo que pudiese venir detrás de una derrota en forma de aluvión de críticas y una presión brutal para afrontar una doble cita en casa que se las puede traer. Sin delanteros el Domingo y la segunda parte del partido trampo el Miércoles frente a la Ponferradina.
Seguimos estamos mermados. El propio Diego Capel ha reconocido que no está ni mucho menos para jugar un partido de competición oficial entero. Un ratito sí, pero lo otro no.
Mosquera no sé como llegará, pero debe de estar falto de ritmo y no se hasta donde llega la conveniencia de alinearlo hoy, aunque lógicamente quien mejor sabe éso es el cuerpo técnico y no yo.
Squilacci será duda hasta últimisima hora por su lumbalgia, y arriba sólo tenemos a Luis Fabiano. Debería de enchufarse ya el brasileño a tope, pues le he visto amagos de pérdidas de papeles propias en él cuando se siente impotencia porque no salen las cosas.
Enfrente tendremos a un Standard de Lieja que puede que sea más fiero de lo que algunos iluminados y con muy mala leche nos quieren hacer ver.
El Liverpool por ejemplo, pasó las de Caín para eliminar a éstos belgas de la previa de la champions.
Tanto es así que los ingleses tuvieron que recurrir a la tanda de penaltis para deshacerse de ellos.
En su liga van cuartos a sólo tres puntos de la cabeza con 20 puntos en 10 partidos.
Además debutan en la fase de grupos (descansaron el primer día), y saben que si mañana perdiésen contra nosotros, se complicarían muchísimo el pase, pues se vería obligado ya a ganar un partido fuera, cosa nada fácil en competición europea.
A todo ésto hay que sumarle la motivación extra de enfrentarse a un equipo grande que conquistó dos de las últimas tres Uefas.
Pero a pesar de todo ello, para mí los favoritos somos nosotros. A pesar de las ausencias, de la presión, de jugar fuera o de lo que ustedes quieran añadir, el Sevilla tiene que dar ya un puñetazo encima de la mesa y espantar ésos fantasmas que se ven venir de lejos y que tanto daño haría a un equipo que vuelvo a recordar que sólo hace once días era una máquina indestructible de ganar partidos.
Quiero que vuelva ésa máquina, y hoy Sevilla de mi alma tiene que ser el día.
¡Que la fuerza nos acompañe! y que nos traigamos los 3 puntos para Sevilla.
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