
Ayer por lo visto, cuando los Biris empezaron a corear el nombre de Manolo Jiménez hubo de nuevo un sector de la afición que empezó a criticar a aquellos por el crimen de alentar a nuestro entrenador y que está consiguiendo hasta el día de hoy llevar al Sevilla a cotas muy altas tanto en clasificación como en ilusión.
Porque al menos yo, y como yo pienso que le ocurrirá a la inmensa mayoría del Sevillismo, estoy muy ilusionado con lo que estoy viendo y con lo que creo sinceramente que podemos conseguir ésta temporada.
Yo así a bote pronto me hago una pregunta que por simple que parezca no le encuentro una respuesta lógica. Los que pitan a Jiménez ¿que quieren?.
Yo creo que ésta es la madre de todas las preguntas.
Porque para ésta inocente pregunta, yo no tengo respuesta. O al menos una respuesta lógica y argumentable.
Desde luego, muchísima gente se está tragando una a una todas sus malas opiniones sobre Manolo Jiménez, desde periodistas hasta aficionados que aún parecen que viven anclados en ésa especie de agujero negro pasado en el que nos entrenaba Juande Ramos.
De verdad que no me lo explico. ¿Tanto nos cuesta olvidar a ése señor y seguir adelante con Manolo Jiménez?.
Parece ser que nuestro actual entrenador está condenado a convivir con la falta de confianza o falta de crédito de un sector de la afición que no le perdona no sé muy bien el que.
Porque si se analiza con números (que son la única verdad del fútbol), lo que está consiguiendo Jiménez es de sombrerazo, o de mamaso como ustedes prefieran.
Pero lo cierto y verdad, es que desde el mismo día en que debutó la temporada pasada en un partido en el que se arrolló a un Valencia que venía imbatido fuera de casa, ya empezaron las dudas y las divisiones entre aficionados que aún hoy duran y duran como las pilas duracell.
Estamos terceros, a dos puntos del primero. Llevamos seis partidos sin encajar ni un sólo gol. Ayer se ganó con una solvencia pasmosa. Como ganan los grandes. Pero los grandes, grandes. Mañana entramos en el bombo de la fase de grupos de la Uefa Cup, adonde hemos llegado con una solvencia absoluta y tras un grandísimo partido de vuelta.
No perdemos desde aquella infausta noche de Sábado en la que el Almería nos pintó la cara en la bombonera allá por el mes de Abril.
Además, con Jiménez se han recuperado a futbolistas como Luis Fabiano, Maresca, Chevantón, Adriano está volviendo a ser el de sus principios, está consolidando a Capel (al que el anterior no quería ni en pintura), Jesús Navas está volviendo a ser aque niño que deslumbraba a propios y a extraños con el filial, y más y más cosas.
Bueno pues a pesar de todo ésto, sigue habiendo gente que sigue con los típicos pititos o silbidos de desaprobación hacia todo aquel que ose animar en nuestro estadio al mister.
No sé si se dejaran llevar por los comentarios lamentables de algunos periodistas que cuando se han visto superados por la situación, cuando se han visto cogidos entre la espada y la pared de la evidencia que dicta la tabla clasificatoria y que no tienen la humildad ni la categoría suficiente para alabar el trabajo de Jiménez.
Pero el caso es que siguen y siguen (un sector de la afición) con la cruzada en pos del acoso y derribo de todo lo que huela a Jiménez y de todo aquello o aquellos que defiendan al entrenador del Sevilla.
El caso es que estamos o mejor dicho seguimos alimentando un debate realmente absurdo y grotesco, máxime estando el equipo como está y máxime con las perspectivas tan buenas que hay éste año si hacemos caso a las sensaciones in crescendo que el equipo va dejando jornada tras jornada.
Pero mucho me temo que por desgracia y que haga lo que haga, el debate continuará, y seguiremos dando motivos y carnaza a ésos periodistas que en vez de alardear a los cuatros vientos el poder absoluto que nuestro equipo tiene en la actualidad, seguirán recalcando como hoy ha ocurrido en Canal Sur Radio, que la afición del Sevilla cambiaría algunos puntos por mejor juego.
Por favor no seamos más papistas que el papa y aparquemos ya de una vez por todas todo éste auténtico disparate.
Mucho critiqueo a los periodistas y de forma incosciente somos nosotros mismos los que les ponemos los titulares del día en bandeja de plata con nuestra actitud incomprensible e inexplicable.
En nuestras manos está y espero que los pititos de ayer jamás se vuelvan a producir.
Y si aún queda un reducto de afición que no caiga del burro al menos hagan una cosa señores:
No silben, callénse y critiquen en la calle a lo que quieran pero no siembren ni alimenten discordias entre grupos de Sevillistas, pues al fin y al cabo todos queremos lo mismo: lo mejor para el Sevilla, aunque lo mejor para el Sevilla no sea silbarle a un sector de la afición que corea el nombre de nuestro entrenador.
Igual estoy equivocado pero al menos ésto es lo que yo pienso.
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