He visto publicado en la web del club, una noticia curiosa cuando menos que no debemos de pasar por alto y que al menos a mí, me llena de satisfacción y de orgullo.
El asunto en cuestión trata de un reportaje realizado por el Herald Tribune, que no es otro que la edición digital ni más ni menos del New York Times y que cita a nuestro Sevilla como aunténtico ejemplo y modelo a seguir en cómo se debe de gestionar un club.
El Herald Tribune se muestra maravillado del modelo de gestión de nuestro club así como de su enorme crecimiento tanto institucional como deportivo desde que la clave de mi club que no es otro que José María Del Nido se hizo con las riendas de un club que se arrastraba por los campos de Dios.
Es realmente curioso que éste diario digital cite por ejemplo al Newcastle y al Tothenham, como clubes de fútbol que han intentado copiar el modelo de gestión del Sevilla y que están fracasando hasta el día de hoy.
Me hace gracia que en una de las citas le insinúe el autor a los Spurs, que para ser igual que el Sevilla, igual no basta con venir a robarnos el entrenador. Je je.
Y lleva toda la razón. Porque el club londinense va de batacazo en batacazo desde que cierto personaje oscuro se hizo con las riendas del equipo en cuanto a la faceta deportiva se refiere.
Ensalza continuamente a Del Nido y a Monchi, del cual destaca su capacidad para descubrir talentos y para sacar jugadores canteranos que suplen a la perfección las "fugas" previo pago por supuesto de nuestras estrellas.
Yo en ésto estoy relativamente de acuerdo. Y digo relativamente porque Monchi sin su equipo de trabajo no haría nada. Son muchos los que viajan a cada rato por ésos campos de Dios de todo el mundo para atribuirle el mérito sólo a Monchi.
Pero bueno, hay que entender que la gente a quien conoce es a Monchi y no a Ruda, a Ramón Vázquez (descubridor de Baptista) y a Victor Orta por ejemplo.
Y la cantera. ¡Que decir de Pablo Blanco!.
Pero bueno, ésta omisión de éstos sevillistas y empleados ejemplares es admisible porque quizás desconozcan los intringulis de la entidad.
Lo que no es perdonable es que los halagos a nuestra entidad, tengan que venir de fuera.
Que en ésta ciudad exista una prensa deportiva que esté todos los días del año con sus horas y sus minutos intentando buscar cosquillas y defectos en una entidad ejemplar, modélica y envidiada por muchísimos clubes de fútbol que darían lo que fuesen por ser siquiera la mitad de lo que a día de hoy es el Sevilla Fútbol Club.
Pero es que además, aparte de la prensa deportiva dañina estamos nosotros.
Nosotros los aficionados sevillistas si. Nosotros que llevamos en el corazón y grabado a fuego el escudo rojiblanco que nos hace llorar de emoción sólo con mirarlo.
Nosotros mismos, o una parte de nosotros mismos somos los primeros que creamos debates absurdos y de barra de bar y no sabemos ni de lejos apreciar la situación actual de nuestra entidad.
Aquí, lo único que se mira y se valora es tener 85 ocasiones de gol, y ganar por cojones por 0-3 o 0-4 domingo tras domingo.
¡Venga ya hombre!.
Aquí deberíamos de ponerle dos velas cada día que amanece a nuestras imágenes de nuestra devoción por seguir teniendo durante muchísimos años más a nuestro club como está ahora mismo.
Aquí sin caer en servilismos ni en sibwuanismos, deberíamos de poner una alfombra roja por donde pase José María del Nido.
Dejarnos de tantas tonterías de trivotes y cuatrivotes o como se llame y de valorar realmente el status de nuestr Sevilla.
Y ésto no se puede confundir con pasotismo, ni con falta de ambición deportivamente hablando.
Entre otras cosas porque el primero que dice que cuando no se gane tiene que haber una crisis institucional es el presidente. Habrá sevillistas igual de ambiciosos que él, pero no hay ninguno más que él.
Éso es seguro.
Por lo tanto seamos realistas y alegremonos de que los que actualmente estamos conociendo éste fantástico momento del club lo sigamos viviendo muchísimos años.
Somos admirados y envidiados. Mirad un poquito a vuestro alrededor y ved las situaciones patéticas de clubes no muy lejanos.
Luego evidentemente, el balón dicta sentencia. El balón es muy puñetero y en el césped muchas veces dos más dos no son cuatro sino tres.
Pero para intentar que dos más dos sean casi siempre cuatro, hay que tener unas bases asentadas, unas estructuras sólidas, un presidente como el que gracias a Dios tenemos, y una afición de la que el club pueda presumir, en la que el club se pueda asentar y en la que todos debemos de poner nuestro granito de arena.
Debemos de ser ambiciosos, debemos de bligar y contagiar al equipo a que queremos más y más.
Estoy absolutamente de acuerdo, porque yo no me canso de ver a mi equipo ser una máquina de ganar.
Pero por favor, lo que no se puede ser es tan falto de conocimiento como para creer que en todos lados vamos a arrasar porque sencillamente éso es imposible.
Siempre, mi mayor orgullo ha sido presumir de ser del Sevilla. Desde 1966 en que nací.
Pues 42 años después me siento infinitamente más orgulloso de ser del Sevilla. Y que conste que cuando pierde el Sevilla no os imagináis como me pongo. Me falta hasta el aire porque no lo puedo remediar.
Valoremos éste momento que vivimos, porque si algún día volvemos abajo, nos daremos cuenta de la pérdida de tiempo que tuvimos con la manía de criticarlo todo.
El asunto en cuestión trata de un reportaje realizado por el Herald Tribune, que no es otro que la edición digital ni más ni menos del New York Times y que cita a nuestro Sevilla como aunténtico ejemplo y modelo a seguir en cómo se debe de gestionar un club.
El Herald Tribune se muestra maravillado del modelo de gestión de nuestro club así como de su enorme crecimiento tanto institucional como deportivo desde que la clave de mi club que no es otro que José María Del Nido se hizo con las riendas de un club que se arrastraba por los campos de Dios.
Es realmente curioso que éste diario digital cite por ejemplo al Newcastle y al Tothenham, como clubes de fútbol que han intentado copiar el modelo de gestión del Sevilla y que están fracasando hasta el día de hoy.
Me hace gracia que en una de las citas le insinúe el autor a los Spurs, que para ser igual que el Sevilla, igual no basta con venir a robarnos el entrenador. Je je.
Y lleva toda la razón. Porque el club londinense va de batacazo en batacazo desde que cierto personaje oscuro se hizo con las riendas del equipo en cuanto a la faceta deportiva se refiere.
Ensalza continuamente a Del Nido y a Monchi, del cual destaca su capacidad para descubrir talentos y para sacar jugadores canteranos que suplen a la perfección las "fugas" previo pago por supuesto de nuestras estrellas.
Yo en ésto estoy relativamente de acuerdo. Y digo relativamente porque Monchi sin su equipo de trabajo no haría nada. Son muchos los que viajan a cada rato por ésos campos de Dios de todo el mundo para atribuirle el mérito sólo a Monchi.
Pero bueno, hay que entender que la gente a quien conoce es a Monchi y no a Ruda, a Ramón Vázquez (descubridor de Baptista) y a Victor Orta por ejemplo.
Y la cantera. ¡Que decir de Pablo Blanco!.
Pero bueno, ésta omisión de éstos sevillistas y empleados ejemplares es admisible porque quizás desconozcan los intringulis de la entidad.
Lo que no es perdonable es que los halagos a nuestra entidad, tengan que venir de fuera.
Que en ésta ciudad exista una prensa deportiva que esté todos los días del año con sus horas y sus minutos intentando buscar cosquillas y defectos en una entidad ejemplar, modélica y envidiada por muchísimos clubes de fútbol que darían lo que fuesen por ser siquiera la mitad de lo que a día de hoy es el Sevilla Fútbol Club.
Pero es que además, aparte de la prensa deportiva dañina estamos nosotros.
Nosotros los aficionados sevillistas si. Nosotros que llevamos en el corazón y grabado a fuego el escudo rojiblanco que nos hace llorar de emoción sólo con mirarlo.
Nosotros mismos, o una parte de nosotros mismos somos los primeros que creamos debates absurdos y de barra de bar y no sabemos ni de lejos apreciar la situación actual de nuestra entidad.
Aquí, lo único que se mira y se valora es tener 85 ocasiones de gol, y ganar por cojones por 0-3 o 0-4 domingo tras domingo.
¡Venga ya hombre!.
Aquí deberíamos de ponerle dos velas cada día que amanece a nuestras imágenes de nuestra devoción por seguir teniendo durante muchísimos años más a nuestro club como está ahora mismo.
Aquí sin caer en servilismos ni en sibwuanismos, deberíamos de poner una alfombra roja por donde pase José María del Nido.
Dejarnos de tantas tonterías de trivotes y cuatrivotes o como se llame y de valorar realmente el status de nuestr Sevilla.
Y ésto no se puede confundir con pasotismo, ni con falta de ambición deportivamente hablando.
Entre otras cosas porque el primero que dice que cuando no se gane tiene que haber una crisis institucional es el presidente. Habrá sevillistas igual de ambiciosos que él, pero no hay ninguno más que él.
Éso es seguro.
Por lo tanto seamos realistas y alegremonos de que los que actualmente estamos conociendo éste fantástico momento del club lo sigamos viviendo muchísimos años.
Somos admirados y envidiados. Mirad un poquito a vuestro alrededor y ved las situaciones patéticas de clubes no muy lejanos.
Luego evidentemente, el balón dicta sentencia. El balón es muy puñetero y en el césped muchas veces dos más dos no son cuatro sino tres.
Pero para intentar que dos más dos sean casi siempre cuatro, hay que tener unas bases asentadas, unas estructuras sólidas, un presidente como el que gracias a Dios tenemos, y una afición de la que el club pueda presumir, en la que el club se pueda asentar y en la que todos debemos de poner nuestro granito de arena.
Debemos de ser ambiciosos, debemos de bligar y contagiar al equipo a que queremos más y más.
Estoy absolutamente de acuerdo, porque yo no me canso de ver a mi equipo ser una máquina de ganar.
Pero por favor, lo que no se puede ser es tan falto de conocimiento como para creer que en todos lados vamos a arrasar porque sencillamente éso es imposible.
Siempre, mi mayor orgullo ha sido presumir de ser del Sevilla. Desde 1966 en que nací.
Pues 42 años después me siento infinitamente más orgulloso de ser del Sevilla. Y que conste que cuando pierde el Sevilla no os imagináis como me pongo. Me falta hasta el aire porque no lo puedo remediar.
Valoremos éste momento que vivimos, porque si algún día volvemos abajo, nos daremos cuenta de la pérdida de tiempo que tuvimos con la manía de criticarlo todo.
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