TODOS A UNA

domingo, 9 de diciembre de 2007

Así y sólo así, conseguiremos lo que nos de la gana. Así y sólo así, haremos que nuestro Sevilla Fútbol Club, entre en el club de los grandes. Un club grande tiene que tener una afición grande, y nosotros los sevillistas tenemos que ser grandes.

La cita hoy a las 17,00 horas en la bombonera. Hoy, hay que acudir al templo sagrado a apoyar a muerte y hasta la muerte al equipo de nuestro corazón blanquirojo. No podemos dejar sólo al Sevilla. No podemos tirarnos piedras contra nuestro mismo tejado.

Hay que reventar Nervión y hay que llevar en volandas a este grupo humano que no pasa por u mejor momento y a los que nosotros hoy vamos a llevar a la victoria si o si.

Que nadie piense que va a ser fácil. Nadie le gana a nadie sólo con el nombre. Eso es imposible. Posiblemente lo pasemos mal. Porque cuando urge hacer algo por necesidad, y aquí urge por necesidad la victoria se pasa mal hasta lograr el objetivo. Pero digo una cosa:¿Que seria de nosotros si no sufriésemos con nuestro equipo?.

Hoy puede y debe ser el momento en el que el Sevilla deje atrás la maldita racha de derrotas y de no victorias que lo lastra desde hacen ya demasiadas jornadas.

Sumar tres puntos es el único objetivo de nuestro Sevilla, y no quiero ni pensar lo que significaría no sumarlos.

Pero éso no va a ocurrir. Y no va a ocurrir porque hoy vamos a reventar Nervión. Hoy vamos a cantar a los cuatro vientos lo que sentimos por tí Sevilla. Hoy, el equipo rival no se va a ir de Sevilla alabando el juego de ésta plantilla de leyenda.

Hoy, se van a ir alucinados con lo que la afición del Sevilla es capaz de conseguir en 90 minutos.
No nos queda otra que animar hasta reventar. Se pongan las cosas bien o se pongan las cosas mal. Un partido de fútbol es muy largo, y no podemos pretender ganar en el calentamiento.

Hay que tener paciencia. Ser solidarios con el equipo. Darles todo nuestro apoyo, y esperar a que el árbitro pite el final. No podemos tener ni la más mínima duda en animar, pase lo que pase en el césped.

Luego Dios dirá. Una vez que la hierba se quede vacía, ya se verá. Ya hablaremos. Pero antes y sin lugar a duda alguna toca animar.

Todos a una y sin fisuras.

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