SEVILLA FC 1-0 DEPORTIVO DE LA CORUÑA

Objetivo cumplido.

Y además, cumplido con creces. Como los buenos. Con una jornada aún por delante, y saliendo de la penúltima jornada de liga por la Puerta del Príncipe, con los trees puntos en la mano, y con un tercer lugar lugar en la tabla clasificatoria que le catapulta directamente al sorteo de Champions League sin pasar por la loteria de la previa.

Todos sabemos la enorme ventaja que supone el saber que ya, del tirón, el próximo año el himno de la máxima competición europea a nivel de cñubes volverá a sonar en Nervión.

Prestigio por los cuatro costados. Jugadores a los que se les "convencerá" para venir por mor de ésta competición. Dinero a raudales y asentamiento cuasi definitivo del club que amamos entre la aristocracia europea.



Y éso que el rival propuso sobre el césped del Sánchez Pizjuán toda la racanería made in Lotina. Nula la propuesta del equipo gallego, más decidido a salir con un punto de Sevilla y esperar acontecimientos (se está jugando la Uefa), que a plantarle cara al Sevilla y tirar la moneda al aire.

Elo partido fue tremendamente complicado para el Sevilla. Tanto en el nivel deportivo como psicológico.

Sobre todo, cuando en la segunda mitad, empezaron a llegar goles del Atlético de Madrid que se clavaban en el lomo sevillista como banderillas negras. Uno dos tres y hasta cuatro goles para atisbar en el horizonte una última jornada de infarto colectivo.

Pero el equipo que se ha llevado más de media liga en la tercera plaza, el primer lugar de los normales o de los terrícolas, no se merecía ir a Soria con el agua al cuello.

Y llegó el noventa. El minuto noventa. Y llegó un medido centro de Adriano para que ése jugador que se ha inventado Jiménez, ése que supuso el "único" refuerzo de invierno, ése que se llama Perotti, se anticipase a una nube de jugadres y clavase el balón en la red del Gol Sur, llevando el éxtasis a la bombonera y templo del fútbol en Andalucía.



Era lo que la entidad al completo (consejo, plantilla y sobre todo afición) se merecía.

Premio gordo para una entidad establecida en las alturas del fútbol patrio y europeo.

Colofón tremendo a un día que comenzó con lágrimas en los ojos en el precioso y muy emotivo homenaje al hombre que levantó las cinco copas que nos cambiaron la vida, la mentalidad, las exigencias y todo lo que quieran a todos nosotros.

Ayer se despidió de todos nosotros Javi Navarro.

Y lo hizo tal y como llegó. Con muy poco ruido pero con mucho sentimiento y categoría.

Deja una plantilla labrada por su liderazgo.



Deja atrás una legión de admiradores, que somos nosotros, que le dejamos bien claro que el ha sido el líder. Que el ha sido el que ha llevado el estandarte y la cruz de guía hacia ése camino que abandonaba una eterna mediocridad y nos acercaba a la grandeza actual.

Enorme su trabajo durante éstos años, enorme la afición con su reconocimiento y enorme día para tal homenaje.

Y al final del partido volvieron a sonar cohetes en Nervión.



Recuerdos en las formas de aquella inolvidable noche de jueves de feria.

El lema Champins si o sí recorrió todo el graderio del viejo Ramón Sánchez Pizjuán.

Y la afición cantó, gozó y vio como el objetivo marcado por el consejo de administración se vuelve a cumplir por enésima vez.

Ahora tiempo habrá de actuar, de ver que es lo más conveniente. Ahora será el momento de debates y de hilar fino para acertar lo máximo posible en varios asuntos que van a ser actualidad en nuestro club.

Pero éso será a partir de mañana.

Hoy a sacar pecho y a presumir de lo que se ha conseguido.

Enhorabuena a todos los Sevillistas, porque el año que viene Andalucía volverá a vestirse de Champions gracias a nuestro centenario club.

Además pasaremos una última jornada de relax, o no. Porque siempre me ha caido tan bien PUCELA........