Tal y como describí los pasados partidos contra la Ponferradina en la anterior ronda de la Copa de su Majestad el Rey, defino el partido de ésta noche en el Luigi Ferrari de Génova.
Partido trampa, porque aún siendo el Sevilla Fútbol Club un equipo de mucha no, sino de muchísima más calidad que la Sampdoria, estoy de acuerdo con las palabras de ayer de José Maria del Nido en el aeropuerto de Sevilla en las que comentaba que jamás es fácil ir a jugarse a cara o cruz nada con un equipo italiano.
Sea el equipo que sea, esté mejor o peor cualquier equipo italiano te la puede liar en un momento dado. Y no porque te arrollen, ni te den un baño de fútbol ni nada de éso.
Simplemente por la mentalidad y el carácter que tienen éstos jugadores transalpinos, capaces de metwerte en un auténtico lío en cualquier sítio y en cualquier momento.
Por éso, el Sevilla debe de salir ésta noche con el cuentarevoluciones de la intensidad a tope. En la zona roja vamos. Porque tendremos de inicio que igualar ésa intensidad para posteriormente y a lo largo de los noventa minutos intentar desequilibrar con la mayor calidad y velocidad que tenemos, cosa que es evidente si comparamos las dos plantillas.
Por éso, el Sevilla debe de tirar al menos de inicio de oficio, hacer las cosas muy bien hechas y no caer en el error de querer solucionar el asunto en los primeros minutos. Hay que saber jugar con la ansiedad que irá atrapando a los genoveses si van pasando los minutos y ven que delante tienen una roca imposible de destruir.
Ojo, que con ésto no quiero ni por asomo decir que haya que salir a verlas venir. Si salimos a verlas venir, estaremos jugando a la ruleta rusa, y jugar a éste juego ya sabemos todos las consecuencias catastróficas que puede acarrear.
Se trata de tener claro desde el inicio que al menos a ellos no les vale nada más que un resultado. A nosotros dos. Incluso nos pueden valer los tres. Pero éso sería una locura.
Hay calidad de sobra para intentar llevarnos el partido a nuestro terreno. El terreno del toque, de la velocidad y de la solidez de mediocampo hacia atrás que está demostrando el Sevilla en ésta temporada con una defensa cuyo rendimiento está siendo de diez.
Hay que adueñarse del balón, de hecho estoy seguro que la Sampdoria nos lo va a dar al principio pues es su estilo.
Un estilo netamente de catenaccio puro y duro en el que su casi única luz es la tremenda calidad futbolística que atesora en sus botas un jugón como Cassano.
Éste es el auténtico alma mater del rival de hoy. Si se logra que sus compañeros no encuentren la vía para hacerle llegar balones tendremos un porcentaje muy alto del pase en el bolsillo.
Tienen los genoveses además la baja de Palombo, que es una especie de Gatusso, y qwue se convierte en su pulmón particular a la hora de salir victoriosos en un partido embarullado que creo que será el terreno al que quieran llevar los italianos el partido.
De todas maneras, en circunstancias normales y si no pasa nada raro, el Sevilla debe de demostrar su tremenda superioridad sobre éste equipo con más nombre que calidad y que deambula en la zona baja del Scudetto con más pena que gloria.
Hay que ser tremendamente inteligentes y si el partido se va a terrenos pantanosos porque así lo consiga el rival, deberemos entonces de tirar de manual, manual de oficio y de bicampeón de Uefa para devolverles el golpe haciendo el pantano sevillista y machacando con la velocidad por bandas y el acierto rematador de un killer como Luis Fabiano que tiene que asumir si o si la responsabilidad de ser el único matador nato que tenemos disponible en éstos momentos.
De todas formas no intuyo un partido fácil y mal iría el asunto si llegásemos al último tramo del partido sin los deberes hechos porque entonces si se estrará jugando con fuego.
El césped según he podido leer está en muy mal estado. Demasiado irregular y con muchísimas calvas, además de tremendamente duro.
Doscientos hermanos sevillistas, acompañarán a los nuestros ésta noche.
Por ellos, por los que no hemos podido ir y por no pegar lo que sería un auténtico petardazo descomunal, hay que pasar a la siguiente ronda como sea.
Fácil no es, pero si es obligación. Y las obligaciones hay que cumplirlas por lo civil o por lo criminal. Si es jugando más feo, pues así será, y si es jugando un partidazo , miel sobre hojuelas.
Pero lo único exigible hoy, y no es poco, es que la bolita del Sevilla esté presente mañana en el sorteo de dieciseisavos de final de la Uefa Cup.
Todo lo demás sería un batacazo tremendo, batacazo que no se va a producir.
O al menos yo ni lo pienso.
Partido trampa, porque aún siendo el Sevilla Fútbol Club un equipo de mucha no, sino de muchísima más calidad que la Sampdoria, estoy de acuerdo con las palabras de ayer de José Maria del Nido en el aeropuerto de Sevilla en las que comentaba que jamás es fácil ir a jugarse a cara o cruz nada con un equipo italiano.
Sea el equipo que sea, esté mejor o peor cualquier equipo italiano te la puede liar en un momento dado. Y no porque te arrollen, ni te den un baño de fútbol ni nada de éso.
Simplemente por la mentalidad y el carácter que tienen éstos jugadores transalpinos, capaces de metwerte en un auténtico lío en cualquier sítio y en cualquier momento.
Por éso, el Sevilla debe de salir ésta noche con el cuentarevoluciones de la intensidad a tope. En la zona roja vamos. Porque tendremos de inicio que igualar ésa intensidad para posteriormente y a lo largo de los noventa minutos intentar desequilibrar con la mayor calidad y velocidad que tenemos, cosa que es evidente si comparamos las dos plantillas.
Por éso, el Sevilla debe de tirar al menos de inicio de oficio, hacer las cosas muy bien hechas y no caer en el error de querer solucionar el asunto en los primeros minutos. Hay que saber jugar con la ansiedad que irá atrapando a los genoveses si van pasando los minutos y ven que delante tienen una roca imposible de destruir.
Ojo, que con ésto no quiero ni por asomo decir que haya que salir a verlas venir. Si salimos a verlas venir, estaremos jugando a la ruleta rusa, y jugar a éste juego ya sabemos todos las consecuencias catastróficas que puede acarrear.
Se trata de tener claro desde el inicio que al menos a ellos no les vale nada más que un resultado. A nosotros dos. Incluso nos pueden valer los tres. Pero éso sería una locura.
Hay calidad de sobra para intentar llevarnos el partido a nuestro terreno. El terreno del toque, de la velocidad y de la solidez de mediocampo hacia atrás que está demostrando el Sevilla en ésta temporada con una defensa cuyo rendimiento está siendo de diez.
Hay que adueñarse del balón, de hecho estoy seguro que la Sampdoria nos lo va a dar al principio pues es su estilo.
Un estilo netamente de catenaccio puro y duro en el que su casi única luz es la tremenda calidad futbolística que atesora en sus botas un jugón como Cassano.
Éste es el auténtico alma mater del rival de hoy. Si se logra que sus compañeros no encuentren la vía para hacerle llegar balones tendremos un porcentaje muy alto del pase en el bolsillo.
Tienen los genoveses además la baja de Palombo, que es una especie de Gatusso, y qwue se convierte en su pulmón particular a la hora de salir victoriosos en un partido embarullado que creo que será el terreno al que quieran llevar los italianos el partido.
De todas maneras, en circunstancias normales y si no pasa nada raro, el Sevilla debe de demostrar su tremenda superioridad sobre éste equipo con más nombre que calidad y que deambula en la zona baja del Scudetto con más pena que gloria.
Hay que ser tremendamente inteligentes y si el partido se va a terrenos pantanosos porque así lo consiga el rival, deberemos entonces de tirar de manual, manual de oficio y de bicampeón de Uefa para devolverles el golpe haciendo el pantano sevillista y machacando con la velocidad por bandas y el acierto rematador de un killer como Luis Fabiano que tiene que asumir si o si la responsabilidad de ser el único matador nato que tenemos disponible en éstos momentos.
De todas formas no intuyo un partido fácil y mal iría el asunto si llegásemos al último tramo del partido sin los deberes hechos porque entonces si se estrará jugando con fuego.
El césped según he podido leer está en muy mal estado. Demasiado irregular y con muchísimas calvas, además de tremendamente duro.
Doscientos hermanos sevillistas, acompañarán a los nuestros ésta noche.
Por ellos, por los que no hemos podido ir y por no pegar lo que sería un auténtico petardazo descomunal, hay que pasar a la siguiente ronda como sea.
Fácil no es, pero si es obligación. Y las obligaciones hay que cumplirlas por lo civil o por lo criminal. Si es jugando más feo, pues así será, y si es jugando un partidazo , miel sobre hojuelas.
Pero lo único exigible hoy, y no es poco, es que la bolita del Sevilla esté presente mañana en el sorteo de dieciseisavos de final de la Uefa Cup.
Todo lo demás sería un batacazo tremendo, batacazo que no se va a producir.
O al menos yo ni lo pienso.
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