GANAR O GANAR

Tras varios meses sin competición oficial en la bombonera, sólo pudiéndonos llevar a la boca el partido homenaje a Puerta y con un mono de fútbol (o mejor dicho de ver a mi Sevilla) tremendo, hoy vuelve a la casa del tricampeón de Europa la liga.

Vamos que empieza lo bueno.

Hoy hay que empezar a sumar de tres en tres, y de ésta manera haremos bueno el punto conseguido en el debut liguero de hace dos semanas en el Sardinero.

Ni una sóla excusa me vale en caso de que no sumemos éstos primeros tres puntos en nuestro campo, que deben de ser el inicio de una serie prolongada de victorias en casa que nos lleva poco a ir cumpliendo los ambiciosos objetivos marcados un año más por José Maria Del Nido.

No nos vamos a quedar con los tres puntos por ser el Sevilla. Hoy no va a ganar el escudo sólo.

Nada de eso.

Hoy hay que demostrar desde el minuto uno al noventa, el porqué muchísima gente de fútbol sitúan al Sevilla en la aristocracia del fútbol nacional y continental.

Y hoy, ésos jugadores que forman una fantástica plantilla, tienen que empezar a marcar el terreno en el Sánchez Pizjuán. Hay que empezar a advertirles a los rivales que ésto es la bombonera de Nervión y que aquí no se le tose a su propietario.

Y no sólo deben de darlo todo los jugadores. Nosotros también.


Olvidándonos de todo y de todos. Olvidando diseños polémicos o feos de camisetas, olvidándonos de banderitas de España por aquí o por allá.

Hoy lo único sagrado y el único objetivo de todo aquel que asista al partido es empujar, empujar y empujar aún más para que ésos tres puntos se queden aquí.

Y así un partido, y otro y otro. El año pasado, aquellos partidos frente a Mallorca, Español y Depor nos costó no caro, sino carísimo. Y éste año, desde ahora mismo y a la voz de ya, no podemos consentir que éso se vuelva a repetir. Bajo ningun concepto.

Tiempo habá otra vez de polémicas y de discusiones. Pero en los momentos y en los sítios oportunos, no con once futbolistas con nuestro escudo en el césped de nuestro estadio.

Vamos todos a apretar, vamos todos a animar y a intimidar al rival. Que no nos quede nada dentro, ni a nosotros ni a los jugadores.

Así y sólo así, la bombonera será inaccesible a la victoria venga quién venga o juguemos contra quién juguemos.

No repitamos historias pasadas ni revivamos antiguos fantasmas. Cojamos un remo cada uno en forma de bufanda y rememos todos hacia la misma dirección.

La dirección que nos llevará a la gloria.