A mí me hace tela de gracia, cuando se les da más importancia desde casi todos los medios de comunicación a partidos como el de hoy, que a partidos como por ejemplo el del Sporting de hace dos semanas.
Como si los puntos ganados frente al Sporting no valiésen lo mismo que los que se van a disputar hoy en el Vicente Calderón.
Porque hoy, nos vamos a ver las caras con uno de los equipos más en forma de la liga española.
No digo que sean ni mejor ni peor que nosotros. Simplemente digo que a día de hoy el Atlético de Madrid tiene unos números muy similares a nosotros y tiene muy buena pinta cara al largo recorrido que supone una competición de fondo como es nuestra liga.
Y pase lo que pase hoy, yo voy a seguir sin saber quién será mejor de los dos allá por el mes de Junio.
Ganemos, empatemos o perdamos, quedará por delante un auténtico mundo de partidos por jugar y lo que hoy sea blanco (ojalá) dentro de tres meses puede ser negro. Y lo curioso es que dentro de tres meses quedará aún un auténtico mundo por delante.
Lo que sí es cierto, es que el Sevilla tiene hoy una piedra de toque muy dura. Porque enfrente y digan lo que digan vamos a tener a un equipo que juega en casa, a un equipo de nuestro mismo nivel y con nuestras mismas aspiraciones que nos lo va a poner muy complicado para sacar tajada del Calderón.
Pero ésa tajada no es imposible. Ni muchísimo menos.
Hoy en día, yo como aficionado del Sevilla puedo presumir de que mi equipo se plante en el campo que se plante, y se enfrente al rival que se enfrente me permite tener confianza de que ganar es posible.
Y no lo digo por pasión. Lo digo porque es la realidad. Lo digo porque tenemos un equipo de fútbol muy bueno que puede ganar a quien sea y donde sea.
Pero los rivales también existen. Y el de hoy tiene bajo mi punto de vista un equipo muy bien cosntruido comandados por un jugadorazo que a mí personalmente me cae fatal, pero que no tengo que dejar de reconocer que es éso: un jugadorazo y me estoy refiriéndo lógicamente a Agüero.
Yo quiero ganar. Más que nada en el mundo. Allí en el Calderón y en San Petesburgo. En Groningen o en Buenos Aires. Yo quiero que mi equipo gane. Que todo sea una balsa de aceite. Que mañana toda la prensa hable maravillas del Sevilla. ¡Como no voy a querer ésto!.
Pero también comprendo que ésto no es posible si o si.
Aunque lo que tiene que ser si o si es la actitud del equipo. Independientemente del resultado, lo que deberá de quedar claro es que los once que hoy salgan a la hierba en el Calderón vestidos de blanco salgan a por el partido. Sabiéndo que ir a por el partido no es salir a atacar como un imbécil y en contra de todo razonamiento futbolistico.
Tenemos armas y muchas para traernos los puntos, pero la principal debe ser la ambición. Que se hable mañana de un Sevilla ambicioso, de un Sevilla grande, un Sevilla que perdió, que empató o que ganó jugándole de tú a tú al Atlético en su campo.
No quiero un equipo colgado del larguero esperando una ocasión.
Y se lo exijo, porque el primero que lo exije es el presidente. Hace tres días el presidente dijo que quería una crísis institucional cada vez que el Sevilla no ganase. ¡Ojo!, no cuando se empatase sino cuando no se ganase.
Evidentemente ésto hay que tomarlo como un aviso de que el Sevilla tiene que ir a por todas en todos los campos del mundo.
Y éso es lo que yo quiero para hoy. Habrá que madurar el partido, de acuerdo. Pero siempre de frente y siempre dejando claro al rival dos cosas: quién somos y a que vamos. Hola soy el Sevilla y venimos a ganarte.
Y para terminar, os expreso mi máximo temor. O mis miedos más grandes.
Nuestros aficionados. Sólo le pido a Dios que a ninguno de los nuestros les pase nada. Uno, leyendo foros y opiniones por internet, se queda asustado y perplejo de las cosas que piensan de nosotros algunos aficionados del Atlético de Madrid.
Nos odian a muerte y al parecer quieren venganza. Venganza absurda pero quieren venganza de los incidentes del años pasado en el Ramón Sánchez Pizjuán.
Ojalá no pase ningún disparate y todo el mundo vuelva sano y salvo a casa.
Ojalá.
Como si los puntos ganados frente al Sporting no valiésen lo mismo que los que se van a disputar hoy en el Vicente Calderón.
Porque hoy, nos vamos a ver las caras con uno de los equipos más en forma de la liga española.
No digo que sean ni mejor ni peor que nosotros. Simplemente digo que a día de hoy el Atlético de Madrid tiene unos números muy similares a nosotros y tiene muy buena pinta cara al largo recorrido que supone una competición de fondo como es nuestra liga.
Y pase lo que pase hoy, yo voy a seguir sin saber quién será mejor de los dos allá por el mes de Junio.
Ganemos, empatemos o perdamos, quedará por delante un auténtico mundo de partidos por jugar y lo que hoy sea blanco (ojalá) dentro de tres meses puede ser negro. Y lo curioso es que dentro de tres meses quedará aún un auténtico mundo por delante.
Lo que sí es cierto, es que el Sevilla tiene hoy una piedra de toque muy dura. Porque enfrente y digan lo que digan vamos a tener a un equipo que juega en casa, a un equipo de nuestro mismo nivel y con nuestras mismas aspiraciones que nos lo va a poner muy complicado para sacar tajada del Calderón.
Pero ésa tajada no es imposible. Ni muchísimo menos.
Hoy en día, yo como aficionado del Sevilla puedo presumir de que mi equipo se plante en el campo que se plante, y se enfrente al rival que se enfrente me permite tener confianza de que ganar es posible.
Y no lo digo por pasión. Lo digo porque es la realidad. Lo digo porque tenemos un equipo de fútbol muy bueno que puede ganar a quien sea y donde sea.
Pero los rivales también existen. Y el de hoy tiene bajo mi punto de vista un equipo muy bien cosntruido comandados por un jugadorazo que a mí personalmente me cae fatal, pero que no tengo que dejar de reconocer que es éso: un jugadorazo y me estoy refiriéndo lógicamente a Agüero.
Yo quiero ganar. Más que nada en el mundo. Allí en el Calderón y en San Petesburgo. En Groningen o en Buenos Aires. Yo quiero que mi equipo gane. Que todo sea una balsa de aceite. Que mañana toda la prensa hable maravillas del Sevilla. ¡Como no voy a querer ésto!.
Pero también comprendo que ésto no es posible si o si.
Aunque lo que tiene que ser si o si es la actitud del equipo. Independientemente del resultado, lo que deberá de quedar claro es que los once que hoy salgan a la hierba en el Calderón vestidos de blanco salgan a por el partido. Sabiéndo que ir a por el partido no es salir a atacar como un imbécil y en contra de todo razonamiento futbolistico.
Tenemos armas y muchas para traernos los puntos, pero la principal debe ser la ambición. Que se hable mañana de un Sevilla ambicioso, de un Sevilla grande, un Sevilla que perdió, que empató o que ganó jugándole de tú a tú al Atlético en su campo.
No quiero un equipo colgado del larguero esperando una ocasión.
Y se lo exijo, porque el primero que lo exije es el presidente. Hace tres días el presidente dijo que quería una crísis institucional cada vez que el Sevilla no ganase. ¡Ojo!, no cuando se empatase sino cuando no se ganase.
Evidentemente ésto hay que tomarlo como un aviso de que el Sevilla tiene que ir a por todas en todos los campos del mundo.
Y éso es lo que yo quiero para hoy. Habrá que madurar el partido, de acuerdo. Pero siempre de frente y siempre dejando claro al rival dos cosas: quién somos y a que vamos. Hola soy el Sevilla y venimos a ganarte.
Y para terminar, os expreso mi máximo temor. O mis miedos más grandes.
Nuestros aficionados. Sólo le pido a Dios que a ninguno de los nuestros les pase nada. Uno, leyendo foros y opiniones por internet, se queda asustado y perplejo de las cosas que piensan de nosotros algunos aficionados del Atlético de Madrid.
Nos odian a muerte y al parecer quieren venganza. Venganza absurda pero quieren venganza de los incidentes del años pasado en el Ramón Sánchez Pizjuán.
Ojalá no pase ningún disparate y todo el mundo vuelva sano y salvo a casa.
Ojalá.
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