UN SÓLO RESULTADO POSIBLE

Hoy, en la hierba de nuestro Ramón Sánchez Pizjuán se enfrenta el Sevilla al Mallorca. Tres puntos en juego. Tres puntos que diría yo que son vitales. Importantes no, vitales. Hay que sumar ya, desde hoy, sin excusas, sin medias tintas. No nos vale otra cosa que no sea tumbar al equipo de las islas, y meter ésos tres preciados puntos en el zurrón.

Por mucho que tengamos en el horizonte un acontecimiento del que empezaré a hablar mañana. Por muchas vicisitudes que hemos pasado y que todos conocemos. Sin Alves, sin aquel o sin el otro.

Sumar tres puntos es lo único que hoy nos vale. Lo demás será o sería un fiasco. Y la liga avanza y el Sevilla no puede permitirse más fiascos.

Y no va a ser fácil. Para nada. Enfrente tendremos un equipo que de momento está por encima nuestra. Rocoso, duro de roer. Duro de tumbar. Un Mallorca que el año pasado se llevó los tres puntos en una fría tarde de Enero.

Un Mallorca entrenado por Manzano. Éste entrenador, con pinta de director de banco, es otro que nos tiene tomada la medida. Se ha llevado puntos de aquí hasta con el Toledo. Se los llevó con el Valladolid, se los llevó con el Mallorca. Se nos atraviesa éste ejecutivo agresivo.

Viene también Dani Güiza, el compañero de la tal Bermúdez. Con siete goles marcados en liga, es decir con sólo uno menos que O Fabuloso. Y Basinas, e Ibagaza y el ínclito Varela que marcó un gol espectacular en el Bernabeu.

Viene el Mallorca después de sufrir un atraco a mano armada en el Bernabeu. Si no le atracan aquel día, gana en el Bernabeu a la division galactica de Madrid. Fijo. Aunque también cabe decir que había perdido la jornada anterior ante el Valencia, ante un tristísimo Valencia.

Pues bien por mucho que venga el Mallorca, o quien viniese, el Sevilla tiene que ganar. Hay que volver a la senda de la victoria. A la senda que éste equipo tomó hace dos años, y de la que estoy convencido no va a salirse. No nos podemos salir.

Me importa un pito quién juegue. Me importa un pito el del pito. El Sevilla tiene y va a ganar. Si o si. Sin lugar a duda alguna. Y no le voy a desear suerte para ésta noche. Pues la suerte se le desea sólo a los mediocres. Y el Sevilla ya no figura en esa onda. La mediocridad viaja en coche hacia una carretera cualquiera. La de Cádiz por ejemplo.

A por ellos.