Victoria importantísima de nuestro Sevilla Fútbol Club en tierras gaditanas, que sirve para cortar una racha mala de dos partidos sin ganar y sin marcar, y que catapulta de nuevo al Sevilla a los puestos de premio gordo de la tabla clasificatoria.
Victoria tosca, simple y sin nada cara a la galeria.
Pero victoria, o lo que es lo mismo tres puntos para el casillero, que a la larga y digan lo que digan es la única verdad notioria y palpable de éste deporte.
Primero ganar, segundo ganar y tercero ganar. Sólo después, se mirará el juego.
Y ayer, la consigna única era ganar.
Había que cortar la rachita y se cortó. Con el equipo de gala en la cancha. Y ole llamo de gala, porque a día de hoy y bajo mi punto de vista,
Negredo está por delante de
Kanouté, de la misma manera que el gran
Dragutinovic, está por delante del galo
Escudé.
Sólo me faltaría
Adriano en el lateral izquierdo y
Palop en la portería, aunque se ha demostrado que
Javi Varas es un recambio de absoluta garantía del gran capitán sevillista.
Podrá parecer raro, que en un partido entre dos equipos separados por una distancia de calidad tan enorme, el Sevilla careciése prácticamente de llegada y de ocasiones durante todo el partido. A mí al menos pme lo pareció así.
Pero claro, el gastarte mucho dinero en futbolistas como
Álvaro Negredo tiene éstas cosas.
Cosas como por ejemplo el primer gol de ayer.
De un despeje tipo rugby de Fernando Navarro, de un balón que venía concopitos de nieve, el madrileño y canterano del Rayo Vallecano que no del Madrid, se sacó de la manga un control tremendo, un sombrerito precioso, y un remate de cabeza que al filo del descanso ponía al grande por encima del chico en el marcador.
Golazo tremendo, para desatascar un atasco que el Sevilla no había podido superar.
Ni una sóla ocasión prácticamente en el primer tiempo. Con las dos bandas casi desaparecidas en combate, merced al despliegue físico del Xerez, que tenía en éste sentido las ideas muy claritas.
Hasta tres futbolistas llegaban en las coberturas, como llegan las avispas, cuando o bien
Navas o bien el argentino
Perotti tenían en su poder la pelota.
Ni
Konko ni
Fernando Navarro se desdoblanban con suficiencia para poder ofrecerle a los extremos alternativas de tocar y recibir.
Y claro, sin éste argumento, todo se vuelve demasiado rudimentario. Todo demasiado atascado. Mucho balonazo aereo para allá y para acá.
Pero, los grandes son así.
Cuando les perdonas, y habolo de una ocasión clarísima del Xerez en un remate de cabeza a bocajarro en la primera mitad, acabas pagándolo y el Xerez lo pagó en los compases finales de los primeros 45 minutos del pleito.
¡Pocas veces he visto yo éso en el Sánchez Pizjuán!, pero al revés claro.
Tras todo ésto, la segunda mitad fue de mucho querer y no poder de los azulinos, y con una sensación clara de que en una contra, el Sevilla iba a dejar aquello sentenciado.
Pero la sentencia tardó un mundo. Prácticamente casi otros 45 minutos.
Entre medias, mucha voluntad del Xerez, que a base de sacar faltas alrededor del área y córners varios, logró encerrar al Sevilla atrás, y le dió algún susto, sobre todo uno casi al final que el gran
Javi Varas sacó con su cuerpo en un remate asesino, de cabeza y desde muy cerca.
Pero claro, pasó lo que tenía que pasar.
En una salida fulgurante,
Jesús Navas ejerce de De la Peña, se inventa un pase interior excepcional a
Luis Fabiano y éste ante la salida desesperada de renan, clava la sentencia en el morillo azulino.
Cero a dos y tres puntos como tres soles en el casillero.
Y ahora correrán los ríos de tinta sobre el mal juego del Sevilla, sobre la nula llegada de ayer, sobre ésto y sobre lo otro.
Pues todo ésto último a mí me da igual. Pero exactamente igual vamos.
Yo lo único que veo es que el Sevilla está a cuatro puntos del líder, y mirando más a dicho líder que al cuarto, que ahora mismo no sé ni quien és ni me importa.
La grandeza se demuestra sumando puntos sin parar. Y en éso el Sevilla últimamente se está convirtiendo en un especialista.
Todo lo demás es mentira, y además cochina.
¡Que todos queremos jugar a la primera, llegar mil veces, y ganar con olés y pañuelos!, hombre claro que sí.
Pero en un orden de prioridades, lo primero y casi único es ganar y sólo ganar.
Y ayer se ganó, y por éso estoy tela de contento.
Lo demás....., lo demás ya llegará si es que llega, pero lo que no puede jamás dejar de llegar son los puntos.
¿O no?.